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La estructura interna de la exposición: concepción, tema, objetivos, objetos.

Por Esteban Maciques Sánchez.

Hemos definido la exposición como "discurso". Si esta definición es válida, equivale a decir que lo que llamamos "exposición" se comporta como un cuerpo orgánico, con elementos que, al integrarla, se relacionan entre ellos, condicionándose, presuponiéndose, anticipándose, complementándose y, de esta manera, dándole unidad, cohesión.

Los eslabones esenciales, "las palabras" de este "discurso", son los objetos. Y son eslabones esenciales porque en su unión configuran las ideas a transmitir, que es para lo que se hace un discurso, una exposición.

Ahora bien, como no entendemos la exposición como un recipiente que ofrece ideas, o al que se va a extraerlas, como no la entendemos como algo muerto, pasivo, en su puesta en práctica intervienen tres componentes fundamentales que la hacen un "discurso vivo":

1. quien concibe el discurso (artistas, diseñadores, organizadores, comisarios, etc.),
2. quien "enseña" vivamente el discurso a través de su experiencia personal (el guía, el mediador, el maestro) y
3. quien recibe y reconstruye el discurso (el visitante).

Entender la exposición como un discurso de palabras (objetos) e ideas (surgidas de la relación entre objetos) nos lleva al problema de ¿dónde radica el sentido de la exposición?

Veamos cómo se vertebra el discurso de la exposición, o sea, cuál es su estructura interna.

Estructura interna de una exposición.

La estructura interna de una exposición está determinada por la relación estrecha que se establece entre cómo ha sido concebida (CONCEPCIÓN), y la forma concreta de su realización.

Cómo es lógico suponer, antes de que se monte una exposición, ha existido un momento que es el de su CONCEPCIÓN. Este momento es de una importancia incalculable porque marcará de manera decisiva la eficacia o no del discurso, como medio de comunicación y de trabajo.

A la CONCEPCIÓN algunos autores también la llaman "estrategia comunicativa o expositiva" (Hall, 1987), o "escenario de la exposición" (Sunier, 1997).

La CONCEPCIÓN se realiza en cuatro actividades principales, de las que se pueden derivar otras:

1. definición del tema, del contenido y de los objetivos de la exposición.
2. configuración del guión o estructura conceptual de la exposición: estrechamente relacionado con los objetos con los que se cuenta y con las relaciones que, al establecerse entre ellos, permiten formar ideas.
3. configuración del guión espacial o diseño del montaje: que es la relación que se tiene que establecer entre la estructura conceptual, las posibilidades físicas del local y las herramientas técnicas de que se dispone para el montaje.
4. elaboración de textos: documentos relacionados con la exposición, información que se aportará con el montaje, descripción de procedimientos didácticos, metodológicos y de comunicación.

Si dibujamos la CONCEPCIÓN como un círculo que rodea a un cuadrado (inscripto), que simboliza la exposición, esta relación pudiéramos representarla como aparece en la figura 7.

Figura 7. Esquema de la relación CONCEPCIÓN-EXPOSICIÓN. Con 1, 2, 3, 4 se enumeran las actividades principales que dan lugar a la CONCEPCIÓN de la exposición.

Cuando el público llega a la exposición, por lo general desconoce el proceso de concepción y, tiene contacto con parte de él, al tiempo que la visita. En cambio, el guía debe conocer este proceso ya que va a trabajar con su resultado. Y en este conocimiento radica una de las ventajas fundamentales del guía, en relación con la información y el visitante: no sólo conoce el tema de la exposición, sino también su forma de desarrollo a través de los objetos, en las relaciones que se establecen entre ellos, por los espacios que transcurren las ideas y sus valores. Por último, y no es lo menos importante para el guía, estos conocimientos le sirven de base y le encaminan al estudio de las posibilidades didácticas que brinda la exposición, y puede organizar sus distintos discursos. Porque el guía debe dominar distintos discursos.

Sobre el proceso de CONCEPCIÓN de la exposición, en el ANEXO 1 presentamos una entrevista a Nieves Sánchez Garre, que el autor de estas líneas le realizó el 9 de agosto del 2000, en las Rozas, Madrid. En ella cuenta cuáles fueron los principales pasos previos que realizó para concebir "Aprender a mirar". Por su interés, la reproduzco íntegramente.

El primer contacto con la exposición del público y del guía, pudiera esquematizarse como sigue (Figura 8).

Figura 8. Esquema de la CONCEPCIÓN-EXPOSICIÓN y la entrada del visitante y del guía.

El público ha entrado a la exposición porque se ha interesado por un TÍTULO, que hace alusión al asunto de la exposición: su TEMA. En muchas ocasiones el éxito de asistencia a una exposición depende de su título, por lo que fijarlo es un paso vital en el proceso de CONCEPCIÓN.

Veamos un ejemplo: "Pedro Calderón de la Barca, el último de los grandes clásicos españoles". El enunciado de este título nos indica que la exposición:

1. tiene por centro a la figura de Calderón,
2. realza la figura de Calderón, por ser "el último de los grandes clásicos españoles".

Los focos de atención del título giran en torno a dos términos cultos:

1. Calderón
2. clásico

Por esta razón, la exposición atraerá a personas interesadas en temas literarios, en la figura de Calderón, en el teatro de la "época de oro de la literatura española". La definición de este título (y de todo título) sirve también de advertencia a un público potencial que, por no tener los intereses antes indicados, no se acercará a visitarla. Con un título, se consigue al mismo tiempo atracción y rechazo (para no usar el término repulsión). Por lo que es necesario que en él aparezcan términos motivantes, que atraigan a buena parte de un público que, de no ser por el interés que despierte, quedaría al margen.

Si tituláramos la exposición: "Calderón, un clásico precursor de los efectos especiales", los focos de atención del nuevo título nos indican que la exposición trata:

1. sobre Calderón (el nombre quedaría más sintetizado)
2. que es un clásico
3. que anticipa efectos especiales

Los puntos 1 y 2 son comunes al título y al razonamiento anterior. El punto 3, inquietaría al público que se interesa con el título anterior (por lo que funciona) y llamaría la atención a otro grupo, sobre todo de jóvenes, que viven (vivimos) en la época de los "efectos especiales".

Esta exposición dedica prácticamente la mitad de los exponentes a ilustrar cómo era el teatro y la fiesta barroca (los autos sacramentales) los que, sin la "modernísima" arquitectura escenográfica de Bianco del Baccio, entre otros, verdaderos "efectos especiales", serían incomprensibles. De hecho, la ausencia de esta maquinaria escenográfica, en las puestas en escena de hoy día de los autos sacramentales, puede ser uno de los motivos fundamentales por los que una representación que antes era popular (y catequésica), hoy sea del gusto de minorías.

En la exposición "Aprender a mirar", su "gancho" radica en la contradicción que encierra:

-aprender: es una actividad que implica esfuerzo, por lo que debe haber una predisposición favorable, una motivación para realizarla,
-mirar: es una actividad que requiere poco o ningún esfuerzo (de hecho, cuando no hacemos nada "miramos las musarañas").

Por tanto: que se nos proponga esforzarnos en algo que no requiere esfuerzo nos mueve a saber ¿de qué va ese asunto? Y, una vez que entramos a la exposición, nos enteramos de que se trata de cómo apreciar la fotografía, la obra de Lewis Carroll, etc. ¿Provocaría la misma reacción, si esta exposición se llamara "La obra fotográfica y literaria de Lewis Carroll"?

Los dos verbos enfrentados en el título original sugieren actividad, movimiento, interacción con la exposición y, de hecho, de esto se trata. Interactuar con la exposición con la mediación del guía que, en este caso, es imprescindible, hasta el punto de que en ella resulta un guía-mecanismo de comprensión y de intercambio.

Volviendo a la CONCEPCIÓN, cuando el visitante entra en el espacio de la exposición conoce, como queda dicho, un TEMA/TÍTULO del cual tiene por lo general alguna información previa (de oídas, por estudios básicos, por curiosidad, etc.). Esta información es fundamental para el guía. Sin embargo, no sabe (el visitante) cómo transcurre. Tiene, por tanto, la necesidad de orientarse, observa que hay objetos que se distribuyen por espacios, espacios que se distinguen por la luz, el color. Comienza para él una tarea de construcción (Sunier, 1997): al tiempo que se entera de qué va la exposición, se inicia en "aprender a aprender", en lo que también interviene el guía.

Pero la primera pista en esta investigación-construcción la tiene en el TEXTO DE INTRODUCCIÓN. Este es el mensaje explícito que le han dejado quienes han concebido la exposición. Debería siempre encontrarse, y su ausencia es como la falta de los "buenos días" en un recibimiento.

El TEXTO DE INTRODUCCIÓN debe ser la ampliación y fundamentación del título. Del gancho "título" a despertar el interés. Por lo que deben aparecer, en forma clara y sintética el asunto y los OBJETIVOS de la exposición. Es la llave de entrada y, en ausencia del guía, puede indicarnos hacia dónde dirigirnos en el recorrido, en dependencia de su colocación.

En el caso de que un TÍTULO falle o de que el TEXTO DE INTRODUCCIÓN no sea lo suficientemente efectivo, cae sobre el guía la responsabilidad de suplirlos, en la medida en que esto sea posible.

Figura 9. Esquema del encuentro con el TEXTO DE INTRODUCCIÓN.

Al leer el visitante el TEXTO DE INTRODUCCIÓN, hemos dicho que encuentra desarrollado el tema de la exposición. La base fundamental sobre la que se cuenta el tema son los OBJETIVOS de la exposición. Dicho de otra manera:

Los OBJETIVOS de la exposición se encontrarán enunciados en la fundamentación del tema (TEXTO DE INTRODUCCIÓN), y serán los puntos de partida para la búsqueda de los "espacios temáticos" y las referencias a tener en cuenta en las "zonas de refuerzo del contenido". Los OBJETIVOS de una exposición se materializan en los OBJETOS.

Continuemos a partir del análisis del TEXTO DE INTRODUCCIÓN de "Así se escribe la historia" (el subrayado es mío):

"De todas las creaciones del hombre, la más significativa sin duda, desde el punto de vista intelectual, es la escritura. Prueba de su importancia es que fue inventada hasta en seis épocas diferentes y en lugares tan alejados entre sí como América Central, Mesopotamia o China.
Tras el nacimiento de la agricultura y la ganadería, el hombre comenzó a organizarse en sociedades más complejas, estableció su vida en ciudades, evolucionó tecnológicamente con el descubrimiento de la cerámica, la rueda y los metales, y empezó a desarrollar el comercio. En estos momentos empieza a sentir la necesidad de plasmar o anotar, mediante signos, algunos aspectos de su vida cotidiana.
Si la escritura ha desarrollado multitud de signos, desde los primeros balbuceos pictográficos de las culturas más primitivas hasta los modernos que ahora utilizamos (derivados del fenicio o del chino), también han sido variados los soportes empleados: mineral (piedra, cerámica, metal), animal (piel, hueso, conchas) o vegetal (madera, corteza, papel, papiro).
La muestra "Así se escribe la historia" nos propone un revelador recorrido por las diversas técnicas e instrumentos de escritura que han utilizado distintas culturas a lo largo del tiempo y del espacio para transmitir los conocimientos que, en su momento, consideraron fundamentales.
Desde las primeras manifestaciones de los hombres prehistóricos hasta los modernos ordenadores, se exponen pictogramas indios y siberianos sobre piel o corteza de abedul, tablillas cuneiformes babilónicas en arcilla, sellos del valle del Indo con caracteres aun desconocidos, papiros egipcios, papeles chinos, quipus incas, estelas fenicias, ostrakas griegas, bronces romanos, plomos ibéricos, pergaminos medievales, y hasta los primeros libros impresos, junto con los instrumentos y materiales que hicieron posible la transmisión de ese legado cultural del que somos herederos.
Todo un repaso a la creatividad intelectual histórica del ser humano, desde sus orígenes a nuestros días, donde el desarrollo tecnológico de los últimos tiempos ha permitido evoluciones significativas.
Los diferentes ambientes reunidos en la muestra van acompañados de textos explicativos, fotografías y grabados de apoyo, con los que es posible obtener una visión más completa de las culturas representadas.
Se ha planificado un recorrido por los siguientes ambientes culturales:

. Prehistoria . La Biblia
. Pueblos cazadores . Los árabes: el puente con la Antigüedad
. Antigua Mesopotamia . Los copistas medioevales
. Egipto de los faraones . Alfonso X el Sabio
. Extremo oriente . La revolución de la imprenta
. Sureste asiático . Del Renacimiento a la Ilustración
. América precolombina . La Escuela
. Fenicios y griegos: el origen de nuestra cultura
. Antigua Roma . Otras escrituras
. Tartésicos e íberos

De la lectura del TEXTO se pueden extraer, como objetivos de la exposición, los siguientes:

1. Acercarnos a la creación de la escritura como uno de los momentos más importantes del desarrollo intelectual humano.
2. Comprobar que el descubrimiento de la escritura no es patrimonio de un solo pueblo.
3. Ver en la escritura el reflejo de la vida cotidiana.
4. Establecer relaciones entre la multitud de signos y los variados soportes materiales de la escritura.
5. Realizar un recorrido por las técnicas e instrumentos de escritura.
6. Estudiar la evolución de la escritura desde la prehistoria hasta la época de los ordenadores (se relacionan los 18 ambientes a recorrer).
7. Acceder a los anteriores objetivos por medio de "textos explicativos, fotografías y grabados de apoyo".

Algo que llama la atención en el encuentro con el TEXTO es su extensión, que pudo simplificarse a los efectos de concentrar la información. Quizás, la lista final ya se incluye en el párrafo "Desde las primeras …", o pudo este ampliarse, suprimiendo una lista que, por la diversidad y complejidad de la relación, ayuda poco como información. El párrafo "Todo un repaso a …" resulta innecesario, por redundante.

El TEXTO INTRODUCTORIO sirve a la ampliación del TÍTULO, "Así se escribe la historia", y por él vamos a enterarnos:

Cómo:
Con qué instrumentos
Sobre qué soportes

Dónde:
En qué culturas
En qué momentos históricos

Y también nos informa:

Porqué medios nos enteraremos:
textos, fotografías…

A pesar de que la exposición ha sido todo un éxito de público y de demanda de "itinerancia", sobre todo por las escuelas que la han visitado, a mi entender el TÍTULO pudo precisarse mejor, en función de los objetivos antes vistos.

El uso del presente "escribe", acompañado del adverbio "así", indica que la realización del tiempo verbal transcurre en un momento contemporáneo. No es suficiente la palabra "historia" para que pensemos, por el título me refiero, que vamos a ver una muestra relacionada con un proceso. Tanto es así que podríamos cambiarle el sentido con solo agregar: "Así se escribe la historia hoy día".

Entonces pensaríamos que se trataría de una exposición sobre periodismo actual, o algo por el estilo. En cambio "Cómo se ha escrito la historia" nos transmite la idea de una evolución que va, desde el pasado hasta el presente más reciente, anterior ("ha escrito").

Los variados significados del "así" y del "cómo" son también un inconveniente, pero esta falta de precisión, que luego se supera con el TEXTO DE INTRODUCCIÓN, puede servir como atractivo o "gancho" para asistir a la exposición.

El ASÍ del título, con su sentido demostrativo, nos anticipa el tipo de exposición que veremos: INFORMATIVA. A fin de consolidar los conocimientos que esta exposición transmite con una actividad práctica, lúdica, en la Casa de Cultura de Humanes de Madrid, se complementó la visita con un taller sobre elaboración y reciclado de papel, de una acogida muy favorable por las escuelas.

A partir de los OBJETIVOS de la exposición, contenidos en el TEXTO DE INTRODUCCIÓN, al visitante se le ha indicado que tiene ante sí una tarea (acercarse, comprobar, ver, realizar, estudiar, acceder), y en la realización de esta actividad, en su acercamiento a los OBJETOS, radicará su interacción con la exposición.

El visitante comprobará que, de acuerdo con los OBJETIVOS de la exposición, irá construyendo ESPACIOS TEMÁTICOS. Estos ESPACIOS se crean en la relación que establecen las piezas con la finalidad de transmitirle una idea, que él interpreta.

Los ESPACIOS TEMÁTICOS dependerán del tipo de exposición que estemos visitando: lineal, zonal, poética pero, cualquiera que sea el caso, a través de estos ESPACIOS iremos encontrando el desarrollo del discurso, su argumento. En el caso de exposiciones poéticas (artistas plásticos, fotografía, etc.) los ESPACIOS atenderán a aspectos propios de este lenguaje: temas, estilos, técnicas, tendencias, contraposiciones, etc.

Los polos opuestos, en la forma de organización de los ESPACIOS TEMÁTICOS, son la exposición lineal y la poética. La segunda juega con más libertad al valerse de un lenguaje que le es propio, el tropológico: imágenes, metáforas, etc. Pero, aun en el caso de la exposición poética, el orden lógico del discurso se hace presente y obligatorio: la INTRODUCCIÓN debe preceder a la exposición; el mensaje (no literario) puede llegar por el ritmo (atracción o repulsión de características), por el color, por la presencia hilativa de elementos; por la prioridad que tienen los títulos de secciones sobre los de vitrinas o conjuntos, y estos sobre los de las obras; por la utilización de recursos de consolidación o reiteración de contenidos (REFUERZOS DIDÁCTICOS O DE CONTENIDOS); por la terminación con CONCLUSIONES, en un texto, por un visitante, o por el guía.

Para reforzar el contenido (en las ZONAS DE REFUERZO DEL CONTENIDO) se pueden aprovechar LOS ESPACIOS TEMÁTICOS, pero puede servir un simple objeto que sirva para consolidar lo visto, y como puente para lo que vendrá. Si la exposición fuera autosuficiente, tendría ZONAS DE REFUERZO DEL CONTENIDO que funcionaran al llegar el visitante a ellas. Pero, por lo general, ninguna suple al guía en esta labor quien se valdrá de objetos o grupos de objetos para hacer resúmenes o ampliaciones de lo visto, o recordar aspectos importantes que servirán en lo sucesivo, a esto último es a lo que se llama RETROALIMENTACIÓN.

Uno de los procedimientos fundamentales para el REFUERZO DEL CONTENIDO consiste en la REPETICIÓN. La REPETICIÓN contribuye a consolidar ideas y a dar coherencia a los ESPACIOS TEMÁTICOS. La repetición sistemática y controlada favorece la hilación de los contenidos. Todo esto se podría ilustrar como sigue (Figura 10).

Figura 10. Esquema del movimiento del visitante y del guía, y el encuentro con ESPACIOS TEMÁTICOS, ZONAS DE REFUERZO DEL CONTENIDO, RETROALIMENTACIÓN.

El lector habrá observado que, en los gráficos anteriores, hemos atendido a TEMA-OBJETIVOS-TEXTO-ESPACIOS TEMÁTICOS-ZONAS DE REFUERZO, etc. como elementos fundamentales de la forma interna de la exposición. No hemos hablado del DISEÑO, que es muy importante, pero lo hemos dejado en un segundo lugar porque entendemos que es el sitio que le corresponde. Por lo general el DISEÑO de la exposición establece su recorrido, pero esto ocurre cuando es bueno. En cambio, tanto cuando el DISEÑO es bueno, como cuando no lo es, los OBJETIVOS-HILOS CONDUCTORES de la exposición nos sirven para movernos por ella y, mucho mejor, si tenemos claros "nuestros objetivos".

La forma concreta que tienen los objetivos de manifestarse son los objetos, y las relaciones que se establecen (y que hay que establecer) entre ellos. El binomio objetivo-objeto constituye el núcleo del lenguaje especial que utiliza el discurso de la exposición. En la posibilidad que brinde la exposición para ser "leída como un texto" (Sunier, 1997) radica una de sus claves como medio de comunicación.

Pero todo discurso debe terminar y, sobre todo, cerrar. Las CONCLUSIONES de la exposición (por lo general ausentes) son la demostración de que el TEMA y los OBJETIVOS se han cumplido. Deben ser un brevísimo resumen y, también, la puerta abierta a seguir indagando y a volver.

La relación armoniosa y estrecha entre TEMA-OBJETIVOS-OBJETOS/RELACIONES…CONCLUSIONES, garantiza la cohesión de la exposición y su funcionamiento como sistema. En todos estos momentos, hemos estado viendo cómo la figura del GUÍA aparece y desaparece, y así contribuye a que el MEDIO, la exposición, sea efectiva.

A modo de resumen, la exposición FUNCIONA COMO UN SISTEMA, cuando su realización responde a la definición que de ella hemos dado:

"discurso razonado de objetos":
-el TÍTULO funciona como anticipo y resumen del discurso que se va a producir
-los objetivos responden al título y determinan la selección de OBJETOS,
-los conceptos y objetos se organizan en un orden, con una jerarquía, de acuerdo con un plan museográfico (relativo al montaje)

"que discurre según un tema y de una manera":
-el transcurrir de la exposición debe entenderse como algo vivo, que responde a una idea central (su tema)
-los objetos, con su ordenamiento y lenguaje propio, hilan el mensaje del tema

"concebido para la comunicación y la interacción con el público":
-garantía de hacer efectivos los mensajes por todos los medios: diseño, textos (cartelas y todo tipo de información)
-provocar la reflexión, el cuestionamiento de viejos valores y conceptos, la duda y el deseo de saber, el interés por aprender y facilitar métodos para satisfacer este interés.

Si la exposición funciona como un sistema entonces podemos decir que se han cumplido sus objetivos. La exposición como discurso nos coloca ante una trama -como si de un cuento o novela se tratara (Sunier, 1997)- que tendrá INTRODUCCIÓN, NUDO Y DESENLACE. Y las bases de este discurso son los objetos.

Madrid, 2000-2005. arriba

Fuentes.

HALL (1987): On display. A design grammar of Museums exhibitions, Lund Humphries, Londres.
SUNIER, Sandra (1997): “El escenario de una exposición”. En: Publics et Musées, nº 11-12, janvier-juin, juillet-décembre, Presses Universitaires de Lyon.


 
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© Marlene García 2003 para José Ramón Alonso