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El éxito de la exposición.

Por Esteban Maciques Sánchez.

La exposición es un MEDIO que se organiza como un DISCURSO que va a transmitir un MENSAJE. Se concibe y prepara formal, estructuralmente, para que funcione adecuadamente. Pero aun en esto no radica la garantía, sino la base para su buen funcionamiento.

La exposición no es un MEDIO al uso (Davallon, 1992), no goza de las ventajas de los "grandes medios" (televisión, radio, prensa), ni de los nuevos medios de comunicación (cable), ni de los medios de publicidad. Comparte con estos el hecho de tener un soporte técnico particular, que está en función de la comunicación y de la información, y que genera una forma de "industria" específica.

Este nuevo MEDIO, la exposición, ha dejado de ser (tanto para los Museos como para las salas) un "objeto" de atención exclusivo de especialistas, para abrirse a un público preferiblemente heterogéneo. Lo aquí apuntado tiene que ver con la moderna concepción de la exposición que, siendo un medio de comunicación, es también un MEDIO DE ENSEÑANZA Y DE EDUCACIÓN. En esto radica su esencia, y diferencia con los restantes medios, antes apuntados: no hay un RECEPTOR-DESTINATARIO sino un RECEPTOR-PARTICIPADOR. En la apertura de las exposiciones a las "amplias masas", y muy en particular las itinerantes, hay un gesto y la intención de convertirlas en instrumentos para la formación cultural.

Como MEDIO DE ENSEÑANZA y DE EDUCACIÓN no reglado (fuera del sistema educativo al uso), se vale de métodos y de procedimientos que tienen que ver con los procesos de conocimiento, aplicados a su tema específico, a su forma de expresarse.

De lo anterior se desprende que el éxito de la exposición estará determinado por su preparación (CONCEPCIÓN y REALIZACIÓN) y su capacidad para comunicarse con el público, entendiendo esto último como un intercambio activo. A diferencia de la televisión y de otros medios, la exposición debe tender a que el visitante no sólo aprenda, sino que "construya" sus conocimientos y sus mecanismos de pensamiento.

Claro está, estos objetivos tan ambiciosos son extremadamente difíciles de lograr en su totalidad, en un medio no reglado de formación. Pero uno de los parámetros fundamentales del éxito de la exposición se encuentra en la mayor o menor medida en que se consiguen estos objetivos. Por esta razón, se insiste en la adecuación de la metodología del proceso enseñanza-aprendizaje a este medio en cuestión, y en el papel del guía como mediador-maestro.

Comúnmente, el número de asistentes a una exposición (¡cuantos más, mejor!) es uno de los patrones (si no el único) que se manejan, se contabilizan, para demostrar cuál ha sido su aceptación. Curiosamente, una manifestación cultural utiliza los mismos parámetros de éxito que las competiciones deportivas: ¡asistieron cincuenta mil espectadores!

¿Y de los parámetros cualitativos?

Desde hace un tiempo los museos trabajan en conseguir mecanismos eficientes de divulgación y, sobre todo, de evaluación de sus propias actividades. Sin embargo, los resultados aun son parciales, y buena cuenta de ello lo da la escasa y dispersa información bibliográfica, y la poca sistematización de las actividades evaluativas.

Una de las razones de este "descontrol" es la ausencia de personas que estén al "pie de exposición" y la consideración de que la muestra, por sí misma, es suficiente para garantizar la efectividad de su función educativa. Si bien esto último pudiera ser posible, en cambio la evaluación no se puede llevar a efecto sin la intervención humana. Y me estoy refiriendo a la necesaria intervención humana no como "inspector del proceso", sino como partícipe y coprotagonista de la enseñanza y del aprendizaje.

La evaluación cualitativa de la exposición no puede concebirse como si fuera una tarea que se organiza en términos de:

1. lectura de un texto.
2. preguntas sobre la asimilación del texto.

El éxito cualitativo de la exposición (como eficacia de su sitema educativo) debería expresarse según los resultados de la interacción de sus principales componentes:

EL MEDIO
-------------------
EL MEDIADOR
----------------
EL PÚBLICO
(la exposición)
(guía-maestro)

 

Madrid, 2000-2005. arriba

Fuentes.

DAVALLON, Jean (1992): “¿Es el Museo verdaderamente un medio?”. Publics et Musées, nº 2, décembre, Presses Universitaires de Lyon.

 

 
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© Marlene García 2003 para José Ramón Alonso