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arte rupestre en punta del este, cuba. conjunto de líneas concéntricas circulares “a modo de efigie”.

Por José Ramón Alonso Lorea.

Bajo la denominación de conjuntos de líneas concéntricas circulares a modo de efigie, agrupo aquellos conjuntos pictográficos pintados en las cuevas de Punta del Este que se caracterizan por un tipo de complejidad morfológica que evade la tradicional confección del dibujo a partir de una figura inicial, sea un punto o pequeña circunferencia. Son conjuntos que presentan estructuras externas diversas en forma de líneas concéntricas más o menos circulares que encierran, de forma general, dobles series de círculos concéntricos a manera de “pares de ojos”; esto propició que Herrera Fritot, para referirse a ellos, hablara de caras. Yo mantengo el inicial antropozoonímico de Fritot para identificar estos diseños, pero cambiando el término por “efigie”, pues con este segundo intento que la relación de imagen se torne más abstracta; no creo que estos emblemas realmente reproduzcan caras.

Los cuatro conjuntos que engrosan esta agrupación se encuentran en la Cueva Número Uno y tres de ellos resultan de considerables dimensiones. Fueron reportados en 1938 por Fritot y reproducidos por él en su Informe.

El primer dibujo que refiero (lámina 1-A), es el más pequeño de estos. De veintidós centímetros de diámetro, resulta un diseño “acorazonado de una cara: Línea de contorno negra; ojos formados por dos círculos dobles negros. Exteriormente: a la derecha y arriba, hay tres líneas curvas paralelas, rojas; a la izquierda y debajo, 2 líneas análogas, negras, (concéntricas todas al contorno de la cara)” (sic, 1938:57). Resulta un conjunto de gran belleza por la proporción bilateral que presenta en su parte media y la relación de tensiones que crean los opuestos trazos negros y rojos a ambos lados del conjunto.

Lámina 1
Lámina 1. Según Fritot picts.37 y 34, CNI. Tomado de las ilustraciones de Fritot para su informe de 1938.

El segundo pictograma a presentar muestra, al decir de Fritot, un dibujo “formando una cara; círculo negro, 73 cm. de diám., incluyendo, como ojos, dos más pequeños, dobles, equidistantes del centro; sobre el derecho hay otro pequeño círculo negro; el gran círculo exterior corta por su parte superior, a una serie de círculos negros y rojos, alternos, algo borrosos, que coronan la figura” (sic, 1938:56). Según el dibujo que reproduce Fritot (lámina 1-B), esta serie bicromada presenta seis trazos concéntricos circulares del tipo de relación (1 X 1), siendo el más externo rojo.

Ambos diseños (A y B) muestran elementos de similitud y de diferencia. Los dos presentan una línea de contorno negra que encierra dos círculos dobles concéntricos a manera de “pares de ojos”. Este es el elemento fundamental que agrupa a estas series y resulta un nuevo signo, portador de nueva información.

En ambos conjuntos se encuentran otros elementos que comprenden otras referencias. El primer caso, el A, resulta en extremo interesante: pudiera pensarse, siguiendo una lógica realización de estas series de trazos curvos concéntricos, que las dos líneas negras y las tres rojas que se encuentran a ambos lados del conjunto, resultan restos de una serie de cinco círculos concéntricos rojos y negros alternos que, a modo de cierre, sellan el signo central.

Como anotara Fritot, esta “cara” está “bordeada por tres líneas rojas en el lado derecho y dos negras en el izquierdo que no pueden seguirse en toda su extensión por haberse borrado en parte” (1938: 43).

Sin embargo, dos elementos importantes me hacen dudar sobre este análisis: si alargamos los trazos rojos y negros manteniendo la equidistancia que los caracteriza, veremos que las líneas rojas y negras se encuentran, en vez de intercalarse a manera de una serie alterna. Por otro lado, resulta muy azaroso que en la mitad izquierda del conjunto no exista ni la más mínima huella de los trazos rojos. Y con los trazos negros sucede lo mismo en la porción derecha del conjunto, lo que me hace pensar en otra posible solución.

Creo que los trazos curvos negros, aparentemente truncos, pudieran ser arcos que remedan una serie de dos círculos concéntricos y que los arcos rojos a otra serie de tres círculos concéntricos. Sucede con estos elementos lo mismo que con aquel que ilustramos en la lámina 2 (estudiado dentro de los conjuntos de círculo interior excéntrico): para estos casos, no es necesario la confección total de las series circulares; ésta es posible denotarla a través de los simples arcos. Por lo que considero que este magnífico ejemplo resulta un hermoso ideograma que articula ingeniosamente tres elementos sígnicos: de izquierda a derecha, una serie de dos líneas concéntricas circulares (arcos) negras, una serie de líneas concéntricas circulares a manera de efigie y otra serie de tres líneas concéntricas circulares (arcos) rojas. Un bello y complejo ejemplo de síntesis ideográfica.

Lámina 2
Lámina 2. Según Fritot pict.9, CNI. Tomado de su informe de 1938.

En el caso ilustrado en la lámina 1-B, se articula al motivo en forma de efigie, por relación de superposición, un hermoso y bien estructurado símbolo de colores rojo y negro alternos, a la manera de aquellas series regulares del tipo de relación (1 X 1) -igual cantidad de trazos rojos y negros, recuerdo-. Según Fritot, esta serie mide “30 cms. de diámetro, ya casi borrado, y que por su situación parece tener cierta relación con la cara” (sic, 1938: 43). Este elemento se estructura a partir de la reiteración triple del signo conformado por un círculo rojo que contiene a otro negro, a la manera de los conjuntos antes mencionados.

Un tercer conjunto, perteneciente a esta modalidad, lo constituye la pictografía que se ilustra en la lámina 3. Si bien no muestra la porción central de forma tan clara y simétrica como los dos motivos anteriores, podemos percatarnos que sigue la misma línea de estructuración: un círculo negro que encierra a otras dos pequeñas series de trazos también negros. Según Fritot, resulta un dibujo “de una gran cara, en negro: línea triple de contorno circular, con ligera prominencia lateral, a modo de oreja; encierra dos series de círculos concéntricos, que parecen los ojos, (porción central confusa); 96 cm.” (sic, 1938:57).

Lámina 3
Lámina 3. Según Fritot pict.50. Según Núñez (1975) pict.5. Localizado en la CNI. Tomado de las ilustraciones de Fritot de 1938.

Las pequeñas series del interior tienden, la mayor, al centro mismo del motivo, y la menor, hacia un contacto tangencial con la porción occidental del gran círculo negro que las cubre. Este dibujo parece haber presentado, en su porción central confusa, elementos superpuestos. Es un conjunto que por sus grandes dimensiones y por la posición que ocupa en la bóveda central de la cueva, constituye uno de los elementos fundamentales dentro del complejo pictográfico de la Cueva Número Uno.

En 1947 Núñez Jiménez publica una fotografía de este conjunto, anotando a pie de foto que sus trazos no son regulares, como la mayoría de los que se observan en Punta de Este (lámina 4). Por los resultados obtenidos en el trazado de tan vastos círculos concéntricos, se revela la técnica de ejecución de esta pictografía: al no contar con la técnica de la repetición continua de círculos concéntricos consecutivos a partir de un pequeño modelo inicial, los círculos resultan algo irregulares. La mano alzada pierde rigor en cuanto a proporciones y flexibilidad del pulso. Al final se logra una línea temblorosa e insegura en su recorrido. Pero no por ello se aleja de la concepción concéntrica y equidistante, propia de dichas series.

Lámina 4

Lámina 4. Según Núñez (1975) pict.5, CNI. Fotografía tomada del informe de Núñez de 1947.

Estos diseños de líneas circulares de gran diámetro interior, que albergan en ese espacio central -generalmente- a par de series concéntricas, van a ir complejizando su forma al articular en dicho espacio medio, más de dos de estos motivos concéntricos. Tal es el caso del conjunto que describe Ortiz: pintura “en colores negro y rojo (...) algo borrosa. Parece componerse de tres tipos de circunferencias concéntricas externamente cotangentes, comprendidas en otras líneas circulares, que no están completamente bien terminadas” (Ortiz, notas manuscritas). Así lo ilustra en la lámina 5, figura F.

Lámina 5
Lámina 5. Fragmento de ficha inédita con ilustración de Fernando Ortiz.

Vale recordar, sobre el carácter tangencial en series de líneas concéntricas, que ello lo vimos dentro de los conjuntos de series negras. Exactamente en aquellos dibujos independientes o no superpuesto que denominamos del tipo b por su relación tangencial.

El cuarto y último motivo que engrosa esta variante, y que cierra el BLOQUE UNO, compuesto por los conjuntos de líneas concéntricas circulares, es un diseño que ha sido objeto de atención por todos los que de una manera u otra, se han interesado por el complejo mural de la zona que nos ocupa.

Según descripción de Fritot, “hay, en negro, un dibujo notable. A primera vista parece una lemniscata, pero observado con detenimiento se resuelve en una cara de dos ojos circulares, unidos por un arco inferior que hace la boca y de contorno formado por círculos concéntricos en que los más exteriores se doblan bruscamente en ángulo, para recurvarse de nuevo en un asa sobre la cara (...) el extremo de estas líneas que inciden sobre la cara, es redondeado y con un pequeño círculo centrado, que parece un ojo” (1938: 43-44). Tal y como se muestra en la lámina 6-A.

Lámina 6 Lámina 6. Según Fritot pict.54. Según Núñez (1975) pict.2. Localizado en la CNI. Tomado de las ilustraciones de Fritot de 1938.

Pudiera creerse, y así lo han sugerido hasta ahora todos los que se han acercado al estudio de este pictograma, que existe una intención de representación o determinación de una forma concreta, reconocida: una serpiente. Lo cual implica que el aspecto creativo del hacedor ha confirmado su cuño genuinamente personal, en oposición a la sistemática elaboración de series de líneas concéntricas circulares, a manera de código y sin alusión reconocida, como hasta ahora se ha observado.

Sin embargo, otro tipo de análisis, sígnico y no simbólico, podría realizarse. Este conjunto parece articular tres tipos de signos ya estudiados: en la parte norte, la presencia de series de arcos concéntricos; luego el pequeño signo de dobles trazos concéntricos circulares negros y hacia la porción centro-sur, la imagen a manera de efigie, la cual es contenida por una sucesión de trazos negros a la manera de las iniciales series de trazos concéntricos circulares negros.

En definitiva, resulta un conjunto de signos eficazmente articulados, que se integran a través de un diseño de alto valor ideo-simbólico. Según el esquema realizado por Fritot en 1938, las formas circulares resultan muy precisas. Sus dos mitades longitudinales presentan solución simétrica bilateral, sólo alterada por la doble línea circular concéntrica en su parte occidental (ver lámina 6-B).

Su confección es muy sugerente y enriquecida por la diferenciación, sin abandonar la línea curva, entre su porción norte y la sur. Por otro lado, al trazar dos líneas transversales, como se puede ver nuevamente en el esquema de la lámina 6-B, se advierte una relación proporcional perfecta: cada tercio del dibujo coincide con los pequeños trazos circulares. Resulta un dominio a cabalidad de la propia configuración, es decir, un grado superior de organización del diseño.

De modo que, desde el punto de vista de la configuración del símbolo, el hecho se ha complejizado: hasta ahora, los diseños se habían solucionado a partir de una forma de estructuración morfológica muy simple: el equilibrio radial o el control de tensiones opuestas que giran alrededor de un punto central. Ya en este conjunto pictográfico hay un desplazamiento del eje transversal simétrico. Una nueva forma de la composición plástica, del equilibrio y de la proporción ha nacido.

La Habana, marzo de 1991. arriba

Fuentes

HERRERA Fritot, René (1938): “Informe sobre una exploración arqueológica a Punta del Este, Isla de Pinos, realizada por el Museo Antropológico Montané de la Universidad de La Habana. Localización y estudio de una cueva con pictografías y restos de un ajuar aborigen”. Universidad de La Habana, año 3, nos.20-21, La Habana, Cuba, : 25-59.
NÚÑEZ Jiménez, Antonio (1947): “Nuevos descubrimientos arqueológicos en Punta del Este, Isla de Pinos”. Universidad de La Habana, año XII, nos.73-74-75, jul.-dic., La Habana, Cuba, :213-247.
ORTIZ Fernández, Fernando (s/f): Isla de Pinos. Los descubrimientos arqueológicos. Informe manuscrito. Fondo Fernando Ortiz, Carpeta 10, Arqueología (II), Desde 42-46. Archivo de Literatura del Instituto de Literatura y Lingüística (ILL), Ciudad de La Habana, Cuba.

 

 
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© Marlene García 2003 para José Ramón Alonso