MARLENE GARCÍA Y JOSÉ R. ALONSO PUBLICAN UN DICCIONARIO ERÓTICO.
“EL SEXO FORMA PARTE DE LA IDIOSINCRASIA CUBANA”.

Por Laura Requejo.

Que la flauta sea el pene y el hilo dental la braga tanga, podría imaginarse. Pero que a la vagina se la llame huraco y a las tetas pequeñas, huevitos fritos, resulta más difícil de intuir. El erotismo impregna Cuba de punta a punta y da a sus gentes una cadencia vital dulzona y llena sus conversaciones de palabras voluptuosas que rezuman sexo.

Si uno no conoce su significado, se pierde lo esencial. Marlene García y José R. Alonso van a acabar con la ignorancia de los españoles con su Diccionario ilustrado de voces eróticas cubanas (Celeste). Porque es importante saber que en Cuba “dar un mal paso”' es “perder la virginidad” y “tocar la flauta”, “'hacer una mamada”, pero no una cualquiera, sino una mamada a la cubana.

La jerga erótica cubana nació al calor de la vida marinera, pero ya contaba con un poso cultural anterior. De hecho, en el segundo viaje de descubrimiento, el cronista Cúneo relataba que “ciertas indias de estas islas parecían estar graduadas en la escuela de las rameras”. Explican también Marlene y José que su diccionario surgió a partir del capítulo de una novela inédita del segundo sobre las jineteras. La investigación que ambos iniciaron para documentar la historia les llevó a formular unas hipótesis que siguieron desarrollando después.

“El lenguaje erótico en Cuba es muy rico porque el sexo forma parte de la idiosincrasia cubana”, explica Marlene, quien cuenta que han recogido más de mil términos. “Y nos dejamos unos cien fuera porque no nos dio tiempo a investigarlos”. Lo suyo ha sido un trabajo serio sobre un tema gozoso y lúdico. “Hemos investigado la historia de cada palabra, hemos buscado su función social”, aseguran. Palabras iluminadas también por la imaginación del artista Reinerio Tamayo, que ha puesto sus ilustraciones al servicio de un diccionario inequívoco y peculiar.

lacorrientealterna.com, 19 de mayo de 2001.

Las 25 ilustraciones eróticas creadas por Reynerio Tamayo para este Diccionario, pueden verse dentro del libro El poder de perturbar las buenas costumbres (2018)