DICCIONARIO
ILUSTRADO DE VOCES ERÓTICAS CUBANAS
Marlene García y José R. Alonso. Madrid, Celeste Ediciones,
2001, 213 págs.
Por Dennys Matos.
Primero fue la tierra y después, sólo
mucho después vinieron los mapas, del mismo modo que también
primero existieron las palabras y luego los diccionarios y las gramáticas.
Esta ventaja primaria es fundamental, y provoca que tanto mapas
como diccionarios estén siempre en desventaja, (desactualizados)
respecto a la realidad que intentan aprehender. Ellos existen para
delimitar y catalogar todo lo que se ve y todo lo que se escucha,
mientras que la realidad y su lógica de cambio, está
para desbordar y explosionar los límites impuestos.
Esta obra lexicográfica recoge, sin ánimo
de catalogaciones o prescripciones, cómo se encarna la sensualidad
popular en frases y voces, que poco o nada tienen que ver con el
significado tradicionalmente asignado a ellas. Un proceso que comienza
por la subversión y el desdoblamiento semántico de
las palabras, hasta otorgarles una connotación erótica.
Razones por las que estos “nuevos” y lascivos significados
apenas han sido contemplados en otros diccionarios.
El DICCIONARIO DE VOCES ERÓTICAS CUBANAS
de Marlene García y José R. Alonso hace un repaso
muy bien actualizado por la jerga erótica cubana. Esa que
al decir de Moreno Fraginals, nace al calor y ritmo de la vida marinera
de la Isla, por razones obvias muy ligada a la historia y evolución
de la cultura cubana. Un libro, como advierten los autores en la
presentación del mismo, que “pretende reescribir ciertos
anales de Cuba, desde la cama, y desnudo por demás”.
Advertencia que pone sobre aviso al lector, de que no va a toparse
con el típico DICCIONARIO empecinado en tratar de legitimar,
por lo general en forma densa y aburrida, cierto uso de palabras
y frases, ni de establecer límites de contenidos semánticos,
ni nada por el estilo. Más bien todo lo contrario, aquí
nos sumergimos en el habla que vive en la calle, la que late con
chispeante heterodoxia en los campos y las ciudades, en los barrios
y solares de la Isla.
Esta obra es original por su propuesta marcadamente
literaria y no lingüística como ya es común en
estos casos. De ahí que las graciosas descripciones (eróticas)
de los contextos donde se usan los diferentes vocablos, estén
ilustradas con numerosos ejemplos de la literatura cubana contemporánea.
Que van desde Reinaldo Arenas pasando por Jesús Díaz,
Severo Sarduy, Eliseo Alberto Diego hasta Zoé Valdés
y Pedro Juan Gutiérrez. Lo que constituye -de paso- un efectivo
glosario sobre autores y obras cubanas, literarias y también
históricas, de mayor reconocimiento en los últimos
años.
A pesar de su proyección literaria, esta
obra, no deja por ello de inscribirse en esa larga y fecunda tradición
lexicográfica cubana. Por lo que no es casual que los autores
en la presentación, reconozcan que sus glosas son en cierta
medida, un homenaje a Esteban Pichardo. Lexicógrafo cubano
autor del DICCIONARIO PROVINCIAL CASI RAZONADO DE VOCES Y FRASES
CUBANAS (1836). Primer diccionario de provincianismo redactado en
América. El diccionario que ahora nos ocupa, es heredero
de esa tradición a la que han dado vitalidad, entre otras,
obras tan importantes como NUEVO CATAURO DE CUBANISMO de Fernando
Ortiz, o “Criollo: Definición y matices de un concepto”
de Juan José Arrom. El DICCIONARIO ILUSTRADO DE VOCES ERÓTICAS
CUBANAS, que participa de esa línea de continuidad, es la
más reciente obra lexicográfica cubana escrita hasta
el momento. En este sentido le antecede LA SEXUALIDAD EN EL HABLA
CUBANA de Carlos Paz Pérez de 1998. Pero esta obra, a diferencia
de la Marlene García y José Ramón Alonso, es
más bien un estudio sociológico. Centrado por lo general
en el estudio de los contextos sociales donde surgen estos usos,
registrando relacionalmente la existencia de sus connotaciones.
Otra singularidad de este Diccionario está
en las ilustraciones realizadas por Reinerio Tamayo. Ilustraciones
que son en sí mismas, pequeñas narraciones cargadas
de gran dosis de humor y sexualidad criolla. Donde el erotismo -algunas
veces un poco maniqueo- revela su poder de transgresión frente
a normas de habla y comportamientos estandarizados.
Si tomamos en cuenta todo lo anteriormente comentado,
estaremos de acuerdo en que esta obra pone al día una vez
más el horizonte lexicográfico cubano. Con un libro
que recoge las finas sutilezas, los doble sentidos de las voces
que unidas al cuerpo, conforman un verdadero mundo de la eroticidad.
Capaces de deleitar la imaginación a unos con sus lascivos
y barrocos giros, o de causar en otros, vergüenza y estupor.
Habrá muchos que calificarán estas voces -como ya
es común en el ámbito académico- de “basto,
ordinario y sin arte”. Lo que sí es seguro es que frente
a la lectura de ésta nadie quedará indiferente.
Dennys Matos Leyva, Madrid
2001.
CULTURA Y ARTE Nº 10
Revista Hispano Cubana HC 2001 
Una versión de este texto, más las 25 ilustraciones eróticas creadas por Reynerio Tamayo para este Diccionario, pueden verse dentro del libro El poder de perturbar las buenas costumbres, 2018.
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