DESDE CUBA CON PASIÓN.
REINERIO TAMAYO. PINTOR E ILUSTRADOR DEL DICCIONARIO DE VOCES
ERÓTICAS CUBANAS.
Por B.B.
Esta tarde, a las 20 horas, en la Galería
de Arte Pedro Torres, se presenta al público el “Diccionario
ilustrado de voces eróticas cubanas”, obra de los cubanos
Marlene García y José R. Alonso, y con ilustraciones
del también cubano de nacimiento, pero riojano de adopción,
Tamayo.
Que Luis García Berlanga, erotómano
reconocido, se sorprenda en el prólogo de la obra de lo prolífico
que resulta el castellano allende los mares es una buena muestra
de que la sociedad cubana no es nada profiláctica en su lenguaje
sobre temas sexuales.
De todos es conocida la sensualidad que supuran
los habitantes del Caribe y muy especialmente los de Cuba, que consideran
el sexo como algo sin secretos (¡qué se puede esperar
de un país donde el primer autor que se atrevió a
recoger las expresiones de la jerga erótica cubana, en 1836,
tenía por nombre Esteban Pichardo!). Y si los había,
aquí están Marlene García y José R.
Alonso, ambos cubanos y licenciados en Historia del Arte por la
Universidad de La Habana, para desnudar el lenguaje popular a través
de este diccionario que, aunque no sepamos si pasará a los
anales de la historia cubana, lo que es seguro es que está
teniendo una gran aceptación tanto en éste como en
aquel lado del charco.
Una vez asumido que el sexo y el erotismo no tienen
secretos para los cubanos y cubanas, hablamos con Tamayo, otro cubano
de mente calenturienta pero éste atrapado en los fríos
inviernos de Logroño desde hace cinco años.
-¿Cuéntanos como surgió
el proyecto de este diccionario tan caliente?
-Marlene y José son dos amigos cubanos que
viven aquí en España y que llevaban varios años
recopilando estas palabras y expresiones, hasta que hace un par
de años arrancó la verdadera elaboración del
diccionario tal como ahora lo ves. Entonces me propusieron que se
lo ilustrara y éste es el resultado.
-Por si había alguna duda sobre la sensualidad cubana,
aquí están más de 1.200 entradas para dar fe
de ello.
-Los cubanos y cubanas somos gente con bastante
desparpajo natural, no como en España donde hay demasiada
mistificación con respecto al sexo. Estas palabras son en
definitiva el lenguaje de la calle, lo que es una buena muestra
de que la nuestra es una cultura sensual y erótica con un
castellano muy rico
-Vamos que somos unos reprimidos.
-Los españoles cuando ven bailar a una cubana
se ponen como motos, pero para nosotros es algo natural, forma parte
del día a día.
-Vale, será porque el tiempo no acompaña. Ahora
cambiemos de postura y hablemos de la aceptación que está
teniendo el libro tanto aquí como allí.
-Nos hemos dado cuenta de que hay un gran interés
de la gente por este tipo de libros. En Cuba tenemos dificultades
para su distribución pero los medios de comunicación
sí se han hecho eco de su edición, así como
el Miami Herald. Aquí en España echamos en falta una
mejor distribución ya que se ha agotado en varias librerías
y no se vuelve a reponer. Además, en ocasiones lo colocan
en la sección de pornografía cuando no tiene nada
que ver.
-En Logroño ya has presentado varias
exposiciones de forma individual, has expuesto en ARCO, obtenido
varios premios internacionales y siempre con el humor como hilo
argumental, al igual que ocurre con las ilustraciones del diccionario.
-En Logroño he realizado dos exposiciones
individuales tituladas La uva de Cuba y La patria del pintor y en
ellas el humor ha sido el común denominador. También
he estado en ARCO en los años 97 y 98, y he expuesto en diferentes
ciudades europeas. Con respecto al diccionario, combina erotismo
y humor, vamos que estoy en mi salsa.
-¿Habías ilustrado algún
otro libro con anterioridad?
-Ilustré el libro Proyecto Pinos Nuevos
de José Lezama Lima. También he realizado ilustraciones
en diferentes revistas.
Pues nada, que ustedes lo disfruten, aunque no
sean cubanos, porque, como dice Tamayo, “este es un buen libro
para leer en pareja y pasar un buen rato”.
Imagina, número
369, La Rioja, 16 de noviembre de 2001.
Las 25 ilustraciones eróticas creadas por Reynerio Tamayo para este Diccionario, pueden verse dentro del libro El poder de perturbar las buenas costumbres, 2018.
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