UN MODELO DE ANÁLISIS PARA UNA VARIANTE GRÁFICA: LAS
SERIES DE CÍRCULOS CONCÉNTRICOS ROJOS Y NEGROS ALTERNOS.
Por José Ramón Alonso Lorea.
Aunque difíciles de diferenciar por la profusión
de elementos pictóricos semejantes, las cinco cuevas costeras
de Punta del Este (Isla de Pinos, Cuba) presentan pictografías
que atestiguan la variabilidad en cuanto a las formas y al uso del
color.
Tradicionalmente la literatura referida a dichas
cuevas le otorga a los pictogramas el carácter morfológico
de "círculos concéntricos". Si bien estos
resultan la abrumadora mayoría, dicha posición pasa
por alto otras soluciones que, aunque minoritarias, rompen un tanto
este esquema. O formas que, aunque estilísticamente se insertan
en la estructura de círculos concéntricos, el propio
concepto, por sí mismo, es incapaz de caracterizarlas. Tales
son los motivos de círculos concéntricos a manera
“de caras” (Herrera Fritot, 1938), los arcos concéntricos,
las espirales abiertas y cerradas, las bandas semicirculares (Fernando
Ortiz, ¿1936?)... los que, en sentido general, aportan al
cuadro pictórico local importantes peculiaridades por sus
soluciones simbólicas y hasta estilísticas.
En cuanto al color, generalmente se habla, de manera
indefinida, sobre la existencia de motivos confeccionados con trazos
rojos, otros con trazos negros, y de terceros que presentan ambos
pigmentos combinados. Con respecto a este último grupo (series
de círculos concéntricos rojos y negros alternos),
las descripciones generalmente resultan confusas y distantes, es
una visión de conjunto que atenta contra el estudio particularizado
de cada serie pictográfica. Un exhaustivo estudio que atiende
al criterio de distribución de colores en estas series, y
con el fin de descubrir el sistema que las organiza, me permitió
la reconstrucción de su posible propuesta, y se convierte
en un modelo susceptible de ser utilizado en otros contextos arqueológicos
donde abunden estas pinturas, además de enriquecer el elemento
de variabilidad pictográfico ya referido para estas cuevas.
A partir del listado de los dibujos que confeccionara
Herrera Fritot en 1937, más los que aparecen en los reportes
y textos de Fernando Ortiz y Núñez Jiménez,
he reconstruido una especie de reporte-analítico de la mayor
cantidad de series concéntricas bicromadas posibles. Para
ello he atendido inicialmente a las complejidades que en grado creciente
van ofreciendo estos pictogramas. (Sobre lo anterior deseo recordar
que siempre he trabajado con toda la documentación existente
sobre el arte rupestre de Punta del Este que fuese anterior a las
labores de restauración (repinte) de 1969. Por lógica,
algo se hace muy evidente: soy enemigo, irrestricto, de todo tipo
de restauración directa sobre pinturas parietales
aborígenes, y más cuando no se cuenta con las técnicas
suficientes para lograr un resultado adecuado).
He atendido, igualmente, a los modelos de identidad
y de diferencia encontrados entre las series concéntricas,
con el fin de lograr un mejor acercamiento descriptivo del motivo.
Lo anterior me permitió localizar dos variantes fundamentales
con sus diversas modificaciones. Variantes y modificaciones que
se manifiestan desde la alternancia de colores, y que evidencian
cierta complejidad en la relación formato-color.
VARIANTE A: SERIES ALTERNAS REGULARES
Se incluyen las series de círculos concéntricos
que presentan armoniosa combinación de líneas rojas
y negras alternas. Estos conjuntos, a diferencia de las series rojas
y las series negras, adquieren toda su fuerza expresiva al combinar
ambos colores.
De las veintiséis series de líneas
concéntricas circulares alternas regulares que han sido reportadas,
nueve se encuentran no muy visibles, algo borrosas, difusas o imprecisas
según los autores -fundamentalmente Fritot-, o no se reporta
la disposición -dentro de la serie- de los círculos
rojos y negros, lo que ha determinado que sólo se puede realizar
un estudio parcial de estos motivos encontrados únicamente
en la Cueva Número Uno.
Sólo podemos definir que dichas series mutiladas
oscilan desde los diez centímetros de diámetro hasta
cien, siendo esta última serie, por sus dimensiones, uno
de los dibujos más importantes del sitio arqueológico.
Pict. |
Número de círculos. |
Dimensiones (cm). |
Cueva. |
Reporte. |
25 |
serie pequeña |
10 aproximado |
CNI |
Fritot (1938) |
25.1 |
serie borrosa |
10 aproximado |
CNI |
Fritot (1938) |
102 |
serie borrosa |
15 aproximado |
CNI |
Fritot (1938) |
83 |
serie borrosa |
20 |
CNI |
Fritot (1938) |
30 |
visibles: 3 ext., 1 central |
38 |
CNI |
Fritot (1938) |
101 |
7 visibles |
52 |
CNI |
Fritot (1938) |
23 |
serie borrosa |
65 |
CNI |
Fritot (1938) |
39 |
11 círculos |
66 |
CNI |
Fritot (1938) |
74 |
serie imprecisa |
100 |
CNI |
Fritot (1938) |
En el resto de los conjuntos, un total de diecisiete,
se verifica cierta complejidad en el uso del color, dado por la
presencia de tres modificaciones o tres niveles de información
que atiende a la disposición de los trazos negros y rojos,
pero que presentan homogeneidad o regularidad en su estructuración.
Esta regularidad se refiere a la existencia de
una periodicidad o uniformidad en cuanto a la ordenación
de los trazos de color. Es decir, a la existencia de un trazo negro
y luego uno rojo y después otro negro y así sucesivamente.
Primera modificación: Relación (1 x
1)
Dentro de la primera modificación se encuentran
las series que mantienen lo que he dado en catalogar como la relación
(1 x 1). Es decir, que presentan de forma consecutiva la misma
cantidad de trazos rojos y negros.
Pict. |
Número de círculos. |
Dimensiones (cm). |
Relación de trazos rojos/negros |
Cueva. |
Reporte. |
B.7 |
4 |
- |
2/2 |
CNI |
Ortiz (manuscrito) |
48 |
6 |
40 |
3/3 |
CNI |
Fritot (1938) |
57 |
8 |
30 |
4/4 |
CNI |
Fritot (1938) |
64 |
8 |
60 |
4/4 |
CNI |
Fritot (1938) |
32 |
10 |
40 |
5/5 |
CNI |
Fritot (1938) |
60 |
12 |
30 |
6/6 |
CNI |
Fritot (1938) |
96 |
22 |
68 |
11/11 |
CNI |
Fritot (1938) |
De estas siete series (cuyos diámetros oscilan
entre 40 y 68 centímetros, y desde 4 hasta 22 círculos
concéntricos), sólo a dos se le conoce la exacta ubicación
de sus trazos coloreados. En el caso de la primera, se encuentra
dibujada por Ortiz en su informe manuscrito. Se estructura esta
a partir de la repetición concéntrica del signo confeccionado
por un trazo circular rojo que encierra, concéntricamente,
a otro igual de color negro (n/r).
Del segundo ideograma conocemos su distribución por la descripción
que de él realizara Fritot (1938). Según éste,
el círculo más externo del dibujo es de color negro.
Esto denuncia la presencia, tres veces consecutivas concéntricas,
del signo confeccionado por un trazo circular negro que contiene
concéntricamente a otro similar de color rojo (r/n).
 |
Lámina 1. A-Según
Ortiz pict.B.7 de la Cueva del Templo o Número Uno,
tomado de su Informe manuscrito. B-Según Fritot pict.48,
CNI, dibujo inferido de la descripción. |
Lo más característico de esta modalidad
es que resultan series formadas por signos que se estructuran con
par de líneas -negra una, roja la otra, del centro a la periferia
(n/r), y viceversa, roja una,
negra la otra, también del centro a la periferia (r/n)-,
lo que evidencia alto grado de simetría y de proporción
bilateral, siendo el número de circunferencias concéntricas
de esta variante siempre ...4-6-8-10-12... de forma que se establece
una constante relación de paridad.
Segunda modificación: Relación (1 x
2)
La segunda modificación presenta algunas
de las características de la anterior, pero con la diferencia
capital de que el número de trazos rojos de la serie siempre
presentará un trazo de menos con respecto al total de trazos
negros que conforman esta variante bicolor. A este tipo de diseño
lo he resuelto catalogar, por tanto, como la relación
(1 x 2). Es decir, las series serán, por ejemplo, de
dos círculos rojos y tres negros, o de cuatro rojos y cinco
negros... Han sido reportadas siete series de este tipo.
Pict. |
Número de círculos. |
Dimensiones (cm). |
Relación de trazos rojos/negros |
Cueva. |
Reporte. |
94.4 |
5 |
15 |
2/3 |
CNI |
Fritot (1938) |
B.8 |
7 |
- |
3/4 |
CNI |
Ortiz (manuscrito) |
98 |
9 |
33 |
4/5 |
CNI |
Fritot (1938) |
86 |
15 |
60 |
7/8 |
CNI |
Fritot (1938) |
24 |
19 |
50 |
9/10 |
CNI |
Fritot (1938) |
8 |
31 |
70 |
15/16 |
CNI |
Fritot (1938) |
42 |
39 |
114 |
19/20 |
CNI |
Fritot (1938) |
Dichas series oscilan desde cinco hasta treinta
y nueve círculos concéntricos con dimensiones de 15
a 114 centímetros de diámetro respectivamente, siendo
esta serie final uno de los mayores conjuntos de todos los reportados.
Seis de estos dibujos se han dado a conocer a través de Fritot.
Uno lo reporta Ortiz en las ilustraciones que realiza para su informe
manuscrito.
 |
Lámina 2. A-Según
Ortiz pict.B.8 de la Cueva del Templo o Número Uno,
tomado de su Informe manuscrito. B-Según Fritot pict.94,
CNI, tomado de las ilustraciones de su Informe de 1938. |
En las descripciones de las series reportadas por
Fritot no se especifica la posición de los trazos rojos y
negros, es decir, qué color presenta el círculo interno
o el periférico. Por suerte, en el caso de la pictografía
número 94.4, serie que se encuentra muy próxima al
diseño “cruciforme” de la Cueva Número
Uno, Fritot deja ver su forma al reproducirlo en su informe.
No obstante, una lógica deducción
a partir de las descripciones me permite reconstruir de forma gráfica
estos emblemas. Siempre que las series dejan de ser regulares, Fritot
hace constancia de ello a través de sus descripciones. Por
lo tanto, si siempre estas series resultan de trazos rojos y negros
alternos consecutivos y presentan un trazo negro de más con
respecto al total de trazos rojos, lógicamente, la serie
tiene que iniciarse con un trazo concéntrico circular negro
y terminar, hacia la periferia, con otro de igual color.
Lo que equivale a decir que estas siete series
se estructuran de forma consecutiva por el signo que presenta un
trazo rojo que contiene a otro negro (n/r),
y son finalmente contenidas por un trazo circular negro a manera
de cierre. En estas series se rompe la relación simétrica
establecida en la modalidad anterior, por cuanto el número
de trazos circulares ...5 - 7 - 9 - 15 - 19 - 31 y 39... siempre
va a resultar impar.
Otras distribuciones, hipotéticas para el
investigador actual, podrían sugerirse: como se podrá
observar en la siguiente tabla, las pictografías 94.4 y 98
muestran un trazo circular negro que divide las series en dos partes
totalmente proporcionadas y equivalentes.
Pict.
|
Trazos
circulares del centro a la periferia. |
94.4 |
n
r N
r n |
98 |
n r n r
N r n
r n |
B.8 |
n
r n R
n r n |
86 |
n
r n r n r
n R n r
n r n r
n |
24 |
n r n r
n r n r
n R n r
n r n r
n r n |
8 |
n
r n r n r
n r n r
n r n r
n R n r
n r n r
n r n r
n r n r
n |
42 |
n
r n r
n r n r
n r n r
n r n r
n r n R
n r n
r n r n
r n r n r
n r n r
n r n |
Esta situación nos descubre una nueva relación:
a la izquierda del círculo negro (N) -es decir, hacia
el interior de la serie- se contiene de manera consecutiva los signos
(n/r). Sin embargo, a la derecha
de (N) -es decir, hacia la periferia de la serie- son los
signos opuestos (r/n) los que
de manera igualmente consecutiva finalizan el pictograma. Ello sería
una constante de todas aquellas series de colores alternos regulares
del tipo de relación (1x2) que tuviesen la totalidad
impar de sus círculos en los números 5-9-13-17-21-...
Algo parecido pero inverso ocurre con el resto
de las pictografías de esta tabla, siendo el trazo rojo (R)
quien se encarga ahora de esta ordenada distribución. Para
este caso, la sucesión de signos (r/n)
se encuentra a la izquierda de (R)
-es decir, hacia el interior de la serie. El signo (n/r)
se distribuirá a la derecha de (R),
es decir, hacia la periferia del conjunto. Ambos conjuntos de signos
-a la izquierda y a la derecha- se encontrarán enmarcados
por círculos negros. Esto sería una constante de todas
aquellas series de colores alternos regulares del tipo de relación
(1x2) que tengan la totalidad impar de sus círculos en
los números 3-7-11-15-19-... Por cierto, resultan mayoritarias
las series que presentan esta distribución originada por
un circulo rojo.
El estudio del comportamiento de estos pictogramas
circulares de dos colores “da pie” para la confección
de ecuaciones que, ya a estas alturas, se escapan de las manos del
historiador del arte.
Tercera modificación: Relación (2 x
1)
La tercera y última modificación
de esta variante de círculos concéntricos rojos y
negros alternos regulares es, exceptuando lo inverso de sus trazos
coloreados, semejante a la modalidad anterior. Estas series se van
a estructurar con un trazo rojo de más con respecto al total
de trazos negros que conforman la serie. La catalogo como la relación
(2 x 1). Van a ser series compuestas por cinco círculos
rojos y cuatro negros, o siete círculos rojos y seis negros...
De este tipo se han reportado -como ideogramas independientes o
no superpuestos- tres.
Pict. |
Número de círculos. |
Dimensiones (cm). |
Relación de trazos rojos/negros |
Cueva. |
Reporte. |
47 |
9 |
44 |
5/4 |
CNI |
Fritot (1938) |
45 |
13 |
20 |
7/6 |
CNI |
Fritot (1938) |
44 |
13 |
30 |
7/6 |
CNI |
Fritot (1938) |
De estos tres diseños, sólo se conoce
uno, por descripción de Fritot (1938), que presenta nueve
círculos, siendo el “externo rojo”. Los otros
dos diseños los deduzco por análisis, de la misma
manera que logré analizar aquellos anteriores. Siempre van
a presentar su círculo interno de color rojo e igualmente
del mismo color el círculo periférico.
 |
Lámina 3. A-Según
Fritot pict.47, CNI, dibujo inferido de la descripción.
B-Según Fritot picts. 45 y 44, CNI, dibujos inferidos
de la descripción. |
Se van a estructurar estas series a través
de la consecución concéntrica del signo compuesto
por un círculo rojo interior, que tendrá como elemento
de cierre otro igual de color negro (r/n).
Esta modalidad, como había anotado, tiene características
muy semejantes a la anterior pero con los colores inversos. Presentará,
igualmente, total relación simétrica lograda por la
ubicación del color, siendo nuevamente el círculo
rojo el trazo axial de las series, como se podrá apreciar
en el siguiente esquema.
Pict.
|
Trazos
circulares del centro a la periferia. |
47 |
r
n r n R
n r n r |
45 |
r n r n r
n R n r
n r n r |
44 |
r
n r n r
n R n r
n r n r |
En estas pictografías, como en las anteriores,
no siempre va a existir una correspondiente relación entre
el número de círculos y el tamaño de las series:
una serie de nueve círculos tiene 44 centímetros de
diámetro y, sin embargo, otra serie de trece círculos
sólo presenta veinte centímetros de diámetro.
Estas series, por demás, resultan pequeñas en comparación
con las antes vistas.
A modo de conclusión podemos anotar que
estas series de círculos alternos regulares se estructuran
a partir de dos tipos de signos concéntricos:
-En el caso de la primera modificación, catalogada como la
relación (1 x 1), se hace patente la presencia de
ambos signos a la hora de estructurar sus series: n/r
y r/n. Y muestran una
relación de simetría amparada por la cantidad pareada
de sus trazos concéntricos.
-La segunda modificación, catalogada como la relación
(1 x 2), se inicia con el signo n/r
del centro a la periferia. Sus trazos rojos van a estar dispuestos
entre los trazos negros, color que funcionará como elemento
de apertura y cierre en la conformación de estos diseños.
-La tercera modificación, catalogada como la relación
(2 x 1), va a resultar totalmente inversa a la anterior. Sus
círculos centrales se inician con el signo r/n.
Los trazos negros se van a situar entre los rojos, pues estas series
se inician y terminan con un trazo circular de color rojo.
Ambas modificaciones, relación (1 x 2)
y relación (2 x 1), van a presentar una simetría
fundamentada por la distribución del color, es decir, por
la cualidad cromática de la serie y no por la cantidad de
sus trazos concéntricos que siempre serán impares.
Además, y de manera general, un trazo concéntrico
circular rojo va a determinar, hacia un lado y hacia el otro, la
misma cantidad de signos de líneas roja y negra. Este trazo
será el punto de equilibrio y de distribución simétrica
de estas series. Vale finalmente recordar que estas series alternas
regulares sólo aparecen en la Cueva Número Uno.
VARIANTE B: SERIES ALTERNAS IRREGULARES
Dentro de esta denominación de conjunto
se ubican aquellas series de círculos concéntricos
de colores alternos de mayor alcance emotivo, pues a diferencia
de las modalidades anteriores, no presentan una distribución
regular de trazos rojos y negros. En este caso la irregularidad,
que es su característica más definitoria, se fundamenta
de la siguiente manera: por ejemplo, una serie de veinte centímetros
de diámetro (pict.29, CNI) se estructura con dos trazos circulares
rojos centrales, le continúa uno negro y luego otro rojo
exterior (r/r/n/r).
Es decir, estas series se van a distinguir no sólo
por el número de trazos que las estructuran, ni por el hecho
de las diferencias de magnitud en sus diámetros, sino, y
principalmente, por la falta de sucesión en la alternancia
de los trazos coloreados. Cada serie va a seguir un supuesto criterio
particular de conformación en cuanto al número de
trazos rojos y negros a utilizar y en un orden de aparente desorden.
En la Cueva Número Uno nos vamos a encontrar
con una segunda serie de esta modalidad (pict.71). Un complejo motivo
de cincuenta y seis centímetros de diámetro con once
círculos concéntricos, siete rojos y cuatro negros,
organizados de la siguiente manera: dos rojos, uno negro, dos rojos,
uno negro, uno rojo, dos negros y dos rojos externos (r/r/n/r/r/n/r/n/n/r/r).
 |
Lámina 4. A-Según
Fritot pict.71, CNI, tomado de la ilustración que hiciera
Fritot para su Informe de 1938. B-Según Fritot pict.29,
CNI, dibujo inferido de la descripción. |
Al confrontar estos dos diseños, ubicados
en la Cueva Número Uno, encuentro cierta relación
en la estructuración de sus series. Por ejemplo: los primeros
cuatro círculos del centro a la periferia (r/r/n/r)
resultan idénticos en la distribución de ambas series.
El significado global que posee la primera estructura es retomado
en la segunda, como se observa en el próximo esquema.
Pict. |
Número de círculos. |
Dimensiones (cm). |
Trazos circulares del centro a la
periferia. |
Cueva. |
Reporte. |
29 |
4 |
20 |
r r
n r |
CNI |
Fritot (1938) |
71 |
11 |
56 |
r r
n r r n
r n n r r |
CNI |
Fritot (1938) |
Pero algo aún más interesante se
observa. A partir del cuarto círculo de la serie 71 -incluyéndose
él mismo-, se vuelve a repetir el mismo código de
distribución de la serie 29. Lo que implica que el pict.29
pudiera estar implícito dos veces, de forma consecutiva,
en el pict.71, como se puede apreciar en el siguiente esquema.
Pict.
|
Trazos
circulares del centro a la periferia. |
29 |
r r n r |
71 |
r r n r
r r
n r n n
r r |
Después se le adiciona una nueva información
(n/n/r/r).
Esta última indicación, que resultan dos pares concéntricos
de líneas circulares negras y rojas, enfatiza la duplicidad
del código o concepto implícito en la serie, estructurando
en el pictograma una relación de total simetría a
la que generalmente acuden estos motivos.
Podemos hacer también un análisis
análogo al anterior, con ligeros cambios de distribución.
Pensemos que la primera serie (la 29) presenta una información
inicial (r/r/n)
que es contenida por un nuevo trazo rojo. Vale adelantar para ello
que, del total de siete series alternas irregulares, cinco concluyen
con un trazo circular rojo. De esta forma veremos igualmente cómo
la inicial información que contiene la serie 29 se halla
duplicada en la serie 71 y contenida finalmente con el mencionado
trazo rojo. Para luego concluir con el segundo nivel de información
(n/n/r/r)
al que ya he hecho referencia. El siguiente esquema hará
más claro este supuesto.
Pict.
|
Trazos
circulares del centro a la periferia. |
29 |
r r n
r |
71 |
r
r n r r
n r
n n r r |
Este segundo análisis parece más
razonable.
En la Cueva Número Dos de Punta del Este
se hallaron dos pictogramas de series alternas irregulares. El primero
de ellos es un esquema pequeño de 19,5 centímetros
de diámetro con un total de cuatro trazos concéntricos
circulares alternos con el siguiente orden: tres negros y uno rojo
exterior a modo de cierre (n/n/n/r).
La segunda serie presenta nueve líneas concéntricas
circulares y de 30 centímetros de diámetro, con la
siguiente conformación: cuatro trazos negros, uno rojo y
cuatro trazos negros nuevamente (n/n/n/nrn/n/n/n
).
 |
Lámina 5. A-Según
Núñez (1947) pict.1, CNII, reproducción
de una fotografía del informe de Núñez
de 1947. B-Según Núñez (1947) pict.8, CNII,
dibujo inferido de la descripción. |
Resulta interesante la nota que, sobre este pictograma,
publicó Núñez Jiménez en 1947: “el
único caso en que dos círculos negros están
separados por uno rojo, sin mediar entre ellos el espacio de caliza
sin dibujar. Llama la atención la perfección del trazado”
(:226). La perfección a la que hace referencia este autor
es una realidad ya conocida y analizada. Pero la anterior situación
advierte sobre un hecho importantísimo: pudiera ser que los
círculos de la caliza que quedan al descubierto entre los
trazos circulares rojos y negros tuvieran significado, puesto que
si se sustrae uno de estos aplicando ese círculo rojo, es
lógico pensar que hay un cambio en el significado del símbolo
y, por tanto, el círculo calizo no debe estar vacío
de contenido. Se cambia el círculo de caliza sin pintar por
el rojo. Se rompe la consecución lógica de círculos
negros y calizos y se estructura la serie con una proporción
simétrica, dual, de cuatro círculos negros justo a
ambos lados del círculo concéntrico rojo que cubre
el supuesto círculo calizo.
Vale adicionar que no deja de resultar tentativo
relacionar ambas series irregulares de esta Cueva Número
Dos, como mismo hicimos en la cueva anterior: en ambos pictogramas
-y atendiendo a la tesis del párrafo anterior- el círculo
rojo contiene la información de tres círculos concéntricos
calizos, además del punto calizo central, verdadero centro
generador de todas estas series. No obstante, mientras que otros
datos no lo fundamenten, quiero enfatizar el carácter especulativo
que ahora hacemos de estos espacios calizos sin pintar.
Otras tres pictografías de la variante que
analizamos (series de círculos concéntricos rojos
y negros alternos irregulares) fueron reportadas en la Cueva
Número Tres de Punta del Este. La primera pictografía
es una pequeña serie de tres círculos concéntricos
que presenta un diámetro de sólo trece centímetros.
La distribución de los trazos de este conjunto es como sigue:
del centro a la periferia, dos trazos negros y uno tercero concéntrico
rojo terminal (n/n/r).
La pictografía siguiente
consiste en una serie compuesta por cinco trazos concéntricos
circulares que, con un diámetro de dieciséis centímetros,
se estructuran de la siguiente forma (de adentro hacia afuera):
dos trazos negros, uno rojo, otro negro y un quinto círculo
rojo terminal también (n/n/r/n/r).
 |
Lámina 6. A-Según
Núñez (1947) pict.6, CNIII, dibujo inferido de
la descripción. B-Según Núñez (1947)
pict.5, CNIII, dibujo inferido de la descripción. |
Previendo ya la posible relación entre ambas
series, dado por la distribución de sus trazos cromáticos
y por la experiencia de los análisis anteriores, procedo
a la siguiente confrontación.
Pict. |
Número de círculos. |
Dimensiones (cm). |
Trazos circulares del centro a la
periferia. |
Cueva. |
Reporte. |
6 |
3 |
13 |
n n r |
CNIII |
Núñez (1947) |
5 |
15 |
16 |
n n r
n r |
CNIII |
Núñez (1947) |
Y efectivamente, ambas series presentan relación
en la ordenación de sus trazos circulares. La información
de la pictografía 6 (n/n/r)
se encuentra implícita en la pictografía 5, en la
cual se agrega una nueva referencia final (n/r).
Vale para este razonamiento hacerle otro nivel de análisis:
la pictografía 6 presenta una información inicial
(n/n) que es contenida, como ya hemos visto, con un círculo
rojo. Esta indicación (n/n) se repite en el conjunto
5 y es nuevamente contenida por un trazo rojo. A continuación
un segundo nivel de referencia se hace (n), el cual es otra
vez cerrado con otro trazo rojo, como se puede apreciar en el próximo
esquema.
Pict.
|
Trazos
circulares del centro a la periferia. |
6 |
n n
r |
5 |
n n r
n r |
Nuevamente este segundo análisis me parece
más razonable. Tiene mucho de semejante esta relación
con aquella que realicé para los dos emblemas de la Cueva
Número Uno.
La tercera pictografía de trazos alternos
irregulares hallados en la Cueva Número Tres corresponde
a la serie número 4 que, según Núñez,
presenta un diámetro de veinticinco centímetros y
está formada por seis trazos concéntricos circulares,
“siendo el quinto círculo de color rojo” (1947:229).
 |
Lámina 7. Según
Núñez (1947) pict.4, CNIII. Dibujo inferido de
la descripción. |
En la descripción de Núñez
no se especifica si el quinto círculo de color rojo se encuentra
en la serie contando del centro a la periferia o viceversa. Por
suerte, cuando este autor reporta la pictografía de esta
misma cueva, acota una nota de suma importancia, pues a la vez que
repara sobre una capital característica morfológica
de estas series, por deducción lógica nos ayuda a
esclarecer la estructuración del ideograma analizado: “Casi
siempre los dos círculos interiores son de color negro”
(1947:229). Por lo tanto, de una serie de seis trazos, el quinto
círculo rojo correspondería al trazo número
cinco del centro a la periferia. Quedando la serie dispuesta de
la siguiente manera: cuatro trazos negros, uno rojo y luego otro
negro cubriendo, excepcionalmente, toda la serie (n/n/n/n/r/n).
Esta serie y la pict.1 de la Cueva Número Dos presentan una
similar distribución de sus círculos cromáticos
como bien muestra el siguiente esquema.
Pict. |
Número de círculos. |
Dimensiones (cm). |
Trazos circulares del centro a la
periferia. |
Cueva. |
Reporte. |
4 |
6 |
25 |
n n n n r
n |
CNIII |
Núñez (1947) |
1 |
9 |
30 |
n n n n
r n n n n |
CNII |
Núñez (1947) |
Si bien es cierto que estas dos pictografías
se encuentran en cuevas que distan unos 150-200 metros, no por ello
debo pasar por alto algunas consideraciones que pudieran adelantar
un posterior análisis de relación entre los motivos
pictóricos de las diferentes cuevas de la zona.
Para este caso, y desde el punto de vista de la
disposición de los trazos, la indicación inicial del
pictograma 4 (n/n/n/n) cierra con un trazo circular rojo,
como es habitual, para luego iniciar una nueva información
consistente en otro trazo negro. El pictograma 1 presenta igual
estructuración inicial (n/n/n/n) que concluye con
un trazo concéntrico también rojo, pero que en este
caso cubre todo el espacio calizo sin pintar entre los círculos
negros cuatro y cinco. Luego presenta una nueva referencia (n/n/n/n)
que, igualmente que la serie que se le compara, y de forma excluyente,
no termina en círculo rojo.
Cuando inicié la relación de estas
series de círculos concéntricos rojos y negros
alternos irregulares, anoté que eran series con un orden
de “aparente desorden”. Los análisis que hasta
ahora he realizado enfatizan esta definición. No existe,
para nada, una composición “anárquica”
a la hora de confeccionar estos conjuntos concéntricos. Su
estructura contiene un orden de selección. Como hemos visto
en cada una de las tres cuevas se encuentra un par de conjuntos
de círculos concéntricos rojos y negros alternos irregulares
que presentan analogías en la estructuración
de sus trazos medios, es decir, igual ordenación de los iniciales
círculos del centro a la periferia.
Si relacionamos estos siete dibujos fuera del contexto
cavernario que les corresponde, encontraremos que hay determinados
elementos que no varían en la conformación de sus
series, es decir, en la posición clave que van a ocupar los
trazos negros y los rojos.
El primer esquema que presento nos mostrará
un orden creciente, del centro a la periferia, de trazos negros,
a modo de información sucesivamente ampliada hasta mantener
una constante de 4n. Y que van a estar contenidos, como ya es sabido,
por la presencia de un trazo circular rojo.
Pict. |
Trazos circulares del centro a la
periferia. |
Dimensiones (cm). |
Cueva. |
6 |
n n r |
13 |
CNIII |
8 |
n n n r |
19,5 |
CNII |
4 |
n n n n r
n |
25 |
CNIII |
1 |
n n n n
r n n n n |
30 |
CNII |
En estas series sí va a existir una lógica
y proporcional relación entre el diámetro y el orden
creciente de sus círculos. Solución que, recuerdo,
no encontré en los conjuntos de líneas concéntricas
circulares negras, ni en los conjuntos de líneas concéntricas
circulares rojas.
En cinco de estos conjuntos, como muestra la próxima
tabla, los dos círculos interiores son de color negro como
ya había anotado Núñez (1947). Tipología
de organización de la serie que no se reporta en la Cueva
Número Uno (CNI).
Pict. |
Trazos circulares del centro a la
periferia. |
Dimensiones (cm). |
Cueva. |
6 |
n n r
|
13 |
CNIII |
8 |
n n n
r |
19,5 |
CNII |
5 |
n n
r n r |
16 |
CNIII |
4 |
n n n
n r n |
25 |
CNIII |
1 |
n n n
n r n n n n |
30 |
CNII |
En esta gruta primeramente descubierta (CNI), de
manera opuesta a lo anterior, los dos conjuntos alternos irregulares
presentan los dos primeros círculos interiores de color rojo.
Pict. |
Trazos circulares del centro a la
periferia. |
Dimensiones (cm). |
Cueva. |
29 |
r r
n r |
20 |
CNI |
71 |
r r
n r r n
r n n r r |
56 |
CNI |
Por otra parte, con sólo dos excepciones,
un elemento de invariabilidad lo constituye la terminación
de las series en un trazo circular rojo -cuestión a la que
ya me había referido-, a modo de elemento concluyente de
la información contenida en la serie, como se aprecia en
el siguiente esquema.
Pict. |
Trazos circulares del centro a la
periferia. |
Cueva. |
6 |
n n R |
CNIII |
8 |
n n n R |
CNII |
29 |
r
r n R |
CNII |
5 |
n n r
n R |
CNIII |
71 |
r
r n r r n
r n n r R
|
CNI |
Pero el uso del trazo rojo sigue brindándonos
información. De las cuatro series que llegan o superan el
trazo concéntrico número cinco, todas presentan este
trazo de color rojo, como aparece a continuación.
Pict. |
Trazos circulares del centro a la
periferia. |
Cueva. |
5 |
n n r
n R |
CNIII |
4 |
n n n n R
n |
CNIII |
1 |
n n n n R
n n n n |
CNII |
71 |
r r
n r R
n r n n
r r |
CNI |
CONCLUSIONES
Podemos arribar a las primeras conclusiones. Con
excepción de las picts. 29 y 71 de la Cueva Número
Uno, los trazos negros se imponen por su cantidad a los trazos rojos.
Parece como si el círculo rojo fuese la nota de diferenciación
dentro de la serie, siendo el trazo negro la base de su conformación.
Según nota de Núñez, “el color rojo,
cuando aparece combinado con el negro, siempre está pintado
sobre este” (1947:82).
Después de los anteriores análisis
es imposible determinar si estas series representan realmente objetos
y/o vivencias reales o míticas a través de indescifrables
conceptos pictóricos; o son signos que expresan la idea,
ideogramas propiamente dichos que representan los conceptos por
medio de un orden de ubicación, a manera de articulación,
de los trazos consecutivos: generalmente dobles trazos negros en
sus primeros anillos del centro a la periferia; generalmente el
trazo rojo que finaliza determinadas combinaciones o que separa
dos de estas; generalmente el trazo rojo que se ubica en el quinto
círculo de las series y, generalmente, el trazo rojo que
cierra o contiene estas estructuras de círculos concéntricos.
Ese mismo rojo que, presumiblemente, los hacedores de estos signos
utilizaran para embadurnar los huesos de sus seres muertos y luego
sepultados en el piso de estos propios recintos, al amparo secular
de “escrituras” circulares bicromadas.
Ciudad de La Habana, abril de 1991. 
Fuentes
HERRERA Fritot, René (1938): “Informe
sobre una exploración arqueológica a Punta del Este,
Isla de Pinos, realizada por el Museo Antropológico Montané
de la Universidad de La Habana. Localización y estudio de
una cueva con pictografías y restos de un ajuar aborigen”.
Universidad de La Habana, año 3, nos.20-21, La Habana,
Cuba, : 25-59.
- - - - - - (1938): “Las pinturas rupestres y el ajuar ciboney
en Punta del Este, Isla de Pinos”. Revista de Arqueología,
año 1, no.2, La Habana, Cuba, : 50-61.
- - - - - - (1938): “Comunicación sobre la Cueva de
Punta del Este. Isla de Pinos, sus pictografías y los hallazgos
de un ajuar ciboney”. Boletín Bibliográfico
de Antropología Americana, vol. 2, no. 4, oct.-dic.,
México, : 105-108.
- - - - - - (1939): “Discusión sobre el posible origen
de las pictografías de Punta del Este, Isla de Pinos”.
Sociedad Cubana de Historia Natural Felipe Poey. Memorias,
vol. XIII, no. 5, La Habana, Cuba, : 307-314.
MORRIÑA, Oscar (1982): Fundamentos de la forma. Departamento
de Historia del Arte, Facultad de Artes y Letras, Universidad de
La Habana, Cuba.
NÚÑEZ Jiménez, Antonio (1947): “Nuevos
descubrimientos arqueológicos en Punta del Este, Isla de
Pinos”. Universidad de La Habana, año XII, nos.73-74-75,
jul.-dic., La Habana, Cuba, : 213-247.
ORTIZ, Fernando (s/f): “Isla de Pinos. Los descubrimientos
arqueológicos”. Informe manuscrito. Fondo Fernando
Ortiz, Carpeta 10, Arqueología (II), Desde 42-46. Archivo
de Literatura del Instituto de Literatura y Lingüística
(ILL), Ciudad de La Habana, Cuba.
ROYO Guardia, Fernando (1939): “El misterio secular de la
Cueva de Punta del Este”. Sociedad Cubana de Historia Natural
Felipe Poey. Memorias, vol. XIII, no.5, La Habana, Cuba, : 289-305.
ULLMAN, Stephen (1968): Lenguaje y estilo. Aguilar, S.A.
de Ediciones, Madrid, España.
WEYL, Herman (1958): La simetría. Ed. Nueva Visión,
Buenos Aires, Argentina.
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