El arte rupestre de matanzas, Cuba.

Por Esteban Maciques Sánchez.

La abundancia de cuevas y abrigos rocosos que en tiempos remotos sirvieron de refugio y de centros ceremoniales a nuestros aborígenes caracteriza arqueológicamente a la provincia de Matanzas. Estos sitios pueden ser descubiertos por los materiales (basura arqueológica) que se encuentra en ellos, y también por la profusión de pinturas que, en ocasiones, abarcan extensas superficies de las rocas.

Una clasificación que resulta de la comparación formal de las pinturas del "Área Pictográfica" de Matanzas, es decir, teniendo en cuenta solamente la proximidad geográfica, permite clasificarlas en cuatro grupos fundamentales:

1. Sistema pictográfico de líneas inconexas.
2. Sistema pictográfico de líneas en composición.
3. Sistema pictográfico de círculos concéntricos.
4. Conjuntos de sistemas superpuestos o paralelos: conjuntos-contaminados.

Ahora bien, ¿Qué es un sistema pictográfico? Recibe este nombre la agrupación de dibujos rupestres que se relacionan armónicamente entre sí al pertenecer a un mismo estilo, con independencia relativa de las restantes evidencias arqueológicas y de la ubicación geográfica. Quiere decir que los conjuntos pictóricos -dibujos de una cavidad subterránea- o los de un área pictográfica pueden formar un sistema por poseer similares características plásticas, como expresión subjetivada de la apropiación de la realidad. ¿El sistema se independiza de lo económico?. Efectivamente no. Sin embargo, el fenómeno de la superposición de economías y la similitud entre estas, cosa muy común en las comunidades primitivas, no permite una diferenciación cualitativa superestructural fidedigna en el campo de los dibujos rupestres, en el Área en cuestión, a partir de la mencionada base económica.

Volviendo a la anterior clasificación hay que destacar en ella la ausencia de términos tradicionales en el estudio del arte rupestre tales como: dibujos antropomorfos (de figuras humanas), zoomorfos (de figuras de animales), naturalistas (de elementos propios de la naturaleza), etc. y esto se debe, en principio, a una simple razón: o no existen estos tipos de pictografías o su carácter excepcional no los hace representativos para dominar un sistema. Este hecho es difícil de entender, si nos guiamos por los patrones heredados del arte rupestre europeo; ¿qué sucede con los pictogramas más antiguos, del paleolítico? Las figuras de animales (toros, ciervos, etc.), humanas y otras expresan con realismo necesidades prácticas del hombre primitivo. O sea, se refleja la realidad con la mayor fidelidad, para, magia mediante, alcanzar buena caza, más vida, etc.

La ausencia casi total de figuras humanas y de animales en el sistema pictográfico de líneas inconexas, por ejemplo, no puede explicarse con la misma lógica que en el arte rupestre europeo, a saber: la pintura figurativa precede a la simbólica y a la más abstracta, pues la representación directa del objeto real es la primera vía para buscar solución a necesidades de primer orden.

Lámina 1. Representación esquemática. Cueva Centella, Canímar. Líneas inconexas.

Obsérvese los fechados realizados a material arqueológico preagroalfarero encontrado en cuevas donde aparecen pictogramas del estilo de líneas inconexas:

Cristales, 2400 años a.p. (método colagénico)
Centella, 2396 años a.p. (método colagénico)
Sta. Catalina, 2990 años a.p. (método colagénico)
Florencio, 2684 años a.p. (método colagénico)
Campana, 2244 años a.p. (método colagénico)

De otros estilos:

Punta del Este, 1100 años a.p. (método del C-14), Isla de Pinos.
Musulmanes, 600 años a.p. (método colagénico), Varadero.

Sólo se han dado nombres de cuevas en las que se ha realizado datación, pero la abrumadora cantidad de pictogramas del estilo de líneas inconexas puede calcularse en el orden de los miles, y se extiende por las áreas arqueológicas de Canímar, Bellamar Centro y Sur de Matanzas. También alcanza a cuevas del área de Pluma (Norte de Matanzas) y del Pan, de la misma manera a Carboneras. Por la importancia del estilo de líneas inconexas para el entendimiento del arte rupestre nacional, nos detendremos en él.

El estilo de líneas inconexas: valores gnoseológicos y cronológicos.

En el análisis de los pictogramas de Punta del Este y de Cueva de Ambrosio, en Varadero, fundamentalmente, se han definido las características de un estilo llamado de "círculos concéntricos" (Maciques, 1983). Dicho estilo no sólo comprende figuras en forma de círculos que equidistan de un punto central, sino, todo dibujo que realizado en rojo o en negro, o en ambos colores, sea abstracto, geométrico, de composición proporcional, armónica, rítmica, y que conforme un sistema de signos. El estilo de círculos concéntricos es, en resumen, característico de pictogramas que tienen un acabado estético.

Cueva los Musulmanes. Líneas en composición.

Los dibujos rupestres de las zonas arqueológicas de Canímar y de Bellamar en Matanzas, así como los de otras áreas del Sur y del Norte de esta provincia, presentan características en nada similares a las del estilo citado anteriormente; y sin embargo entre ellos conforman un estilo común que los une en la diversidad de sus manifestaciones. Los pictogramas de las mencionadas regiones arqueológicas, salvo raras excepciones, no poseen un evidente valor estético y están realizados a base de líneas rectas, puntos y trazos que no expresan, aparentemente, relaciones entre sí. Estas son características esenciales del "estilo de líneas inconexas" que puede definirse de la siguiente manera: propio de pictogramas exclusivamente negro, sus formas no son geométricas, tampoco calcan o reflejan directamente elementos de la realidad, por tanto, no son figurativos; se cubre toda una pared o se hace un simple trazo y en ambos casos no se puede apreciar la realización de una idea preconcebida, ni proporción mucho menos composición: de tal forma, los dibujos resultan una expresión "anárquica", sin aparentes reglas, realizados en su gran mayoría por agrupaciones humanas preagroalfareras (Maciques, 1981); aparece cerca o lejos de las entradas de las cuevas. Aunque siempre en lugares oscuros y en ocasiones de difícil acceso. De no tenerse la visión de conjunto de cientos y cientos de dibujos con las anteriores características parecerían manchas realizadas al azar; es eminentemente abstracto.

Si comparamos las características del estilo de círculos concéntricos con las antes señaladas, vemos que a pesar de tantas diferencias los dibujos de ambos estilos tienen en común el carácter abstracto, en esto vamos a detenernos. En muchas ocasiones se ha expresado que el hombre de estas comunidades de economía tan rudimentaria manifestaba plásticamente y de modo "realista" sus necesidades vitales y la forma de darles solución. Sobre esta base se han interpretado los dibujos paleolíticos de Lascaux, por sólo citar un ejemplo, y sus toros y ciervos han sido vistos como signos propiciatorios de la buena caza. Sin embargo, la reducción de estos dibujos a un inmediato reflejo de lo económico puede inducir a un error.

"En la sociedad primitiva, la actividad artística se entrelaza estrechamente con las formas culturales existentes: la mitología y la religión. Se funde con ellas inseparablemente formando lo que se denomina complejo sincrético cultural primitivo". (Mirimanov, 1980:13. Subrayado E.M.S.). Por lo tanto estos elementos del llamado "complejo" forman parte del pensamiento abstracto -cualidad exclusiva del hombre-... "la representación, ya en su forma más simple, es una abstracción de la unidad concreta del objeto real y admite generalización." (Mirimanov, 1980:16). De lo contrario se desprende que el carácter abstracto de los estilos analizados (círculos concéntricos y líneas inconexas) es expresión de complejos sincréticos culturales primitivos, distintos -dada la oposición estilística y sígnica- pero de igual creación realista en el sentido metódico del concepto. Analícese detenidamente la siguiente cita de Mirimanov:

El surgimiento de esta nueva actividad -la artística- no dirigida de una manera inmediata a satisfacer las necesidades materiales, se relaciona con el desarrollo de las demandas espirituales. Pero estas "nuevas" necesidades espirituales sólo llegan a cristalizar mucho más tarde en este sentimiento verdaderamente nuevo que posee el hombre contemporáneo y que se conoce como sentimiento "estético". Al principio se diluye en el complejo sincrético espiritual primario en el que los brotes de la nueva forma de la conciencia se combinan con la expresión emocional de exigencias y necesidades prácticas. Esto se refiere también a la actividad misma que nosotros calificamos de artística, pero que no es todavía el arte en el sentido que este concepto adquirió posteriormente. Esta actividad encierra ya el embrión de las partes componentes que constituyen la base de la creación artística, o sea, del arte, y contiene además los gérmenes de todo aquello con que se relaciona la futura actividad cultural, científica, ideológica y religiosa (Mirimanov, 1980:22. Subrayado E.M.S.).

Los estilos que comparamos se encuentran en ese principio en el que el sentimiento estético primitivo se diluye en el complejo sincrético cultural primario, pero son expresión de dos momentos distintos del desarrollo de la creación artística. En el estilo de círculos concéntricos se aprecia una preocupación estética que no en el de las líneas inconexas. Sin que se separe de las exigencias y necesidades prácticas, el estilo de círculos concéntricos subraya el "sentimiento estético", al menos en el sentido primario o etimológico del término, ya que manifiesta una forma ordenada del reflejo en un sistema de signos. Hay en ello una intención plástica de conocimiento y de apropiación de la realidad, realizada en bellos términos, y este elemento que lo diferencia del estilo de líneas inconexas lo ubica con posterioridad a este último en el tiempo de desarrollo del arte rupestre. De esta manera el estilo de círculos concéntricos no resulta un intento de expresión pictórica, sino la realización de un canon ya elaborado. Pero al contrario, el estilo de líneas inconexas expone de manera evidente y primitiva el proceso más elemental de conocimiento y asimilación de los fenómenos de la realidad, cuestión que se analizará después.

Anteriormente se expresó que el carácter abstracto de ambos estilos responde al método de creación realista. Y esto se debe a que en esta abstracción se realiza el reflejo esencial del complejo sincrético cultural primitivo que descansa sobre una economía también primitiva.

Representación esquemática Punta del Este. Círculos concéntricos.

Y cuando se decía c.s.c.p. distintos, se atendía a las diferencias sígnicas de ambos estilos. El sistema simbólico del estilo de círculos concéntricos resulta evidente a cualquier observador. Y es ésta una de sus principales características: hay un sistema. Y no por evidente, simple. El estilo de círculos concéntricos presenta símbolos elaborados, perfeccionados, que reflejan un c.s.c.p. al cual no pueden reducirse. En el estilo de líneas inconexas a pesar de ciertas regularidades estas no llegan a establecer un sistema cerrado y, por lo tanto, este estilo constituye en los escaños del pensamiento abstracto un momento inferior de su desarrollo en comparación con las regularidades expresadas en el sistema de círculos concéntricos, ya que el carácter sistemático de dicho pensamiento abstracto lo es per se, cualidad sine qua non, esencial.

Las manifestaciones pictográficas del estilo de líneas inconexas no presentan un caos plástico, propio de locos que no sabían lo que hacían, sino una búsqueda, un aprendizaje que, como reflejo del c.s.c.p., toma y rechaza formas que lo ayudan a expresarse. De ahí que la lectura de estos signos entrañe una labor de selección y de discriminación. Esto conduce a pensar que el estilo de líneas inconexas puede considerarse entre los primeros pasos del arte rupestre en las comunidades aborígenes estudiadas, lo cual no entraña ni por asomo que estos tengan por fin último la realización de pictogramas que no sean afines a este estilo, o sea, que tienden a ser estilo de círculos concéntricos. Estos primeros pasos muestran en la práctica pictográfica los avances en el aprendizaje.

¿Cómo se realiza en el estilo de líneas inconexas la aprehensión y el intento de transformación de la realidad? "La base de la producción espiritual descansa en el reflejo de la realidad en la conciencia, y representa tanto el proceso de conocimiento como el de la asimilación". (Mirimanov, 1980:27. Subrayado E.M.S.). Ambos procesos en forma simultánea, se sobrentiende.

En la cueva de nombre "La Melodía" que pertenece al área cavernaria de Bellamar, en la provincia de Matanzas, se encuentran pictogramas descubiertos por el grupo Espeleológico Norbet Casteret que por sus características y el grado de conservación pueden hacer las veces de resumen del estilo de líneas inconexas. Un rasgo distintivo de estos dibujos y de este estilo, a diferencia del de círculos concéntricos, es el hecho de que el "pintor" sigue, en ocasiones, con el carbón, los accidentes propios del relieve de la pared: y en esto se observa un interés imitativo... Tal y como la danza tiene su origen en actividades miméticas, el ritmo de la poesía en las llamadas "canciones del trabajo", el drama en los ritos agrarios, y en todos ellos la magia sea homeopática o contaminante (Frazer, 1972, pp.33-71) está presente, ¿no revelarán los dibujos rupestres en su forma, en su contenido o en su técnica principios de la magia mimética? ¿La "Ley de Simpatía" (Frazer, 1972:80) se manifiesta en el arte rupestre figurativo, no así en los dibujos de líneas inconexas?

El estudio comparativo de pictogramas del estilo de líneas inconexas revela como una constante el hecho de que el pintor deje guiar su mano por las irregularidades de las paredes, como ya se ha dicho. ¿A qué responde esta costumbre? A pesar de la similitud entre paredes y formaciones secundarias de las cuevas del área cavernaria de Bellamar (Matanzas, Cuba), la comparación entre los dibujos que siguen los accidentes parietales no arroja como resultado una homogeneidad de las líneas trazadas. No se puede decir que haya tal o cual figura, por lo que puede pensarse que no existe de manera preconcebida la idea de buscar determinadas oquedades o puntos sobresalientes donde realizaron dibujos. Esto permite que no consideremos el dibujo como tal, en líneas generales, representativo de un sistema de formas que existen en la mente del hombre primitivo y que se plasmen en la pared accidentada, sino una forma que resulta de los accidentes mismos.

Ahora bien, lo objetivo es que hay un aprovechamiento no regular de la superficie de las paredes. No obstante, los trazos que siguen los accidentes parietales, haciendo una máxima generalización, pueden reducirse a las siguientes formas: curvos, lineales, punteados, irregulares, en orden de prioridad. En el estilo de líneas inconexas la línea curva aparece sobre todo siguiendo las irregularidades de la pared y en menor grado dentro de los pictogramas no asociados a estas irregularidades, con perfección variable. Este apego de la línea curva a las irregularidades de la pared, que es mano de maestro que guía la del alumno, es en esencia y originalmente miméticas. Cuando el hombre primitivo sigue con el carbón el relieve de una roca y el resultado del dibujo no es más que el trazado de dicho relieve, está haciendo un dibujo imitativo.

La Ley de simpatía es fácilmente apreciable cuando el valor mimético apunta a lo conceptual o al contenido: en la pintura toro el reflejo del animal real se encuentra "fotográficamente" expresado, y la imitación (homeopática) se manifiesta en un nivel fenoménico, como en lingüística la motivación fonética de palabras onomatopéyicas. Sin embargo, cuando la mímesis se da en elementos constructivos o técnicos ya no resulta tan obvia.

Explica Frazer que "En Nueva Bretaña, el "hacedor de lluvia" envuelve algunas hojas rojas y verdes de cierta enredadera en una hoja de plátano, humedece el atadijo con agua y lo entierra, después imita con la boca el gotear de la lluvia". (Frazer, 1972:95). En la última parte del ritual se hace explícito el acto mimético.

Ahora bien, ¿la forma de proyectar la voz, las reiteraciones, las inflexiones, no tienen igual valor? Por lo mismo, el carácter mimético de un dibujo no está solo en lo que representa, sino también en cómo se representa. Y, cuando lo representado no es figurativo, recae sobre la técnica o componentes de la representación la responsabilidad de la "Ley de simpatía".

Por último, ¿es la reiteración irregular de formas pictográficas la manera particular de manifestarse en el arte rupestre los actos reiterativos que son comunes a casi todas las actividades rituales?, ¿es éste un primer paso para la creación artística?

Se pudiera objetar que este proceso de conocimiento y de asimilación se extrema al aparecer "regularmente" dentro de este estilo, pero no hay que olvidar que, en primer lugar, el proceso de aprendizaje, sus representaciones pictográficas, están dentro del complejo sincrético cultural primitivo y le son esenciales. De ahí que la aparente anarquía sea en verdad un paso más hacia el reflejo y conocimiento de la realidad, por esta razón consustancial a la cosmovisión de este aborigen: después de ser reiteradas las formas en el aprendizaje lo son por la costumbre, por la herencia cultural. La herencia cultural no ha permitido la ruptura con la costumbre, sino que, por el contrario, ha facilitado su continuidad. Esto explica entre otras cosas cómo dibujos que resultan terminados por su acabado formal, pueden coexistir junto a los típicos del estilo de líneas inconexas.

Cueva los Musulmanes. Círculos concéntricos.

En el análisis de los dibujos rupestre de Cueva de Ambrosio en Varadero (Maciques, 1983), después de exponer las características del estilo de círculos concéntricos, concluimos que la representación que en esta cueva se hace del español, responde a las reglas del citado estilo, de ahí que la figura humana se construya sobre la base de formas geométricas tales como el círculo, el triángulo, etc.

Y estas representaciones siguen una regularidad.

De igual forma, si el estilo de líneas inconexas se caracteriza por el predominio de la línea recta sobre la curva, la utilización del punto y el trazo irregular y la desproporción, los dibujos de similitud antropomorfa de este estilo no pueden ser ajenos a estas características. De hecho resulta imposible encontrar una representación del hombre con el acabado formal del estilo de círculos concéntricos en el área arqueológica referida. La búsqueda de dibujos que por su comparación pudieran recordar al hombre, dadas determinadas regularidades, arrojó sus resultados. El estudio comparativo hecho por el método de proyección simultánea de dibujos con afinidad puso de manifiesto:

1º. Las posibles cabezas son alargadas y están separadas de sus hombros.
2º. Los posibles brazos derechos primero descienden y luego ascienden.
3º. Cerca de dos de las manos derechas hay dos líneas rectas de puntos semejantes a estas.
4º. Existe una prolongación de los posibles torsos, que terminan en dos ramificaciones (¿piernas?).

Otros dibujos cumplen con las características que se refieren a las posibles partes constitutivas del cuerpo (lº, 2º,4º), aunque se aprovechan las irregularidades de la roca, pero no así a los posibles atributos (3º), como es el caso de uno que recuerda una figura humana en movimiento.

El descubrimiento de una regularidad puede ser ley, sirve, si bien no de patrón absoluto de verdad, sí como una guía con la que puede contarse para el estudio. Una regularidad constatable surgió del análisis de los trazos que constituyen las cabezas. El trabajo fotográfico con anillas de acercamiento arrojó que estos puntos de carbón son evidentemente intencionados ya que se aprecia una concentración cerrada del trazo de carbón hacia el centro, donde recae la mayor fuerza al analizar un punto, y una difuminación de las partículas tintóreas hacia la periferia, en donde, físicamente, menos se incide. Estos primeros tanteos en el análisis de dibujos correspondientes al estilo de líneas inconexas cumplirían sus objetivos, si al menos despertasen interés por el estudio de una de las más importantes manifestaciones superestructurales de nuestros aborígenes: los dibujos rupestres.

Matanzas, Cuba, 1988. arriba

Fuentes.

FRAZER, J. L. (1972): La rama dorada. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, Cuba.
MACIQUES, Esteban (1983): “El estilo de círculos concéntricos: contraposición de dos estilos pictográficos en Punta del Este”. (inédito). Presentado en la Quinta Jornada de Arqueología Aborigen. Baracoa.
MACIQUES, Esteban (1981): "Análisis pictográfico comparativo" (inédito).
MIRIMANOV, Vil B. (1980): Breve historia del arte. Arte prehistórico y tradicional. Editorial Arte y Literatura. Ciudad de La Habana, Cuba.
NÚÑEZ JIMÉNEZ, A. (1975): Cuba: dibujos rupestres. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, Cuba.
PAGAN PERDOMO, D. (1980): “Aspectos zooarqueológicos y geográficos en el arte rupestre de Santo Domingo”. Boletín del Museo del Hombre Dominicano. Año IX, nº.13, Santo Domingo, República Dominicana.

 

 
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© Marlene García 2003 para José Ramón Alonso